sociedad-millan-coronavirus-universo-discurso

Sociedad

El coronavirus habita en un universo de discursos

Por Hermes Millán Redin

hmillanredin@hotmail.com

Psicólogo por la Universidad de la República de Uruguay. Máster en Prevención y Tratamiento de Conductas Adictivas por la Universidad de Valencia, España. Doctor en Comunicación Social por la Universidad de La Habana, Cuba. Posdoctor en Estudios Críticos y Psicoanálisis por !7, Instituto de Estudios Críticos de Ciudad de México, México.
Libros publicados: Drogas: trece discursos y una mirada diferente. Montevideo: Fin de Siglo, 2001. La punta de la lengua: la poesía aplicada al psicoanálisis. Ciudad de México: Editorial Abismos, 2020  (en imprenta)


El mundo está habitado por discursos que se sustituyen, se superponen y se complementan. Algunas veces es posible identificar los discursos hegemónicos y los procesos sociales y subjetivos mediante los cuales un sujeto los hace propios. Otras veces se constituye, o se insinúa, un discurso contrahegemónico. Los recientes discursos sobre el coronavirus, la plaga, la pandemia y el confinamiento pueden ser analizados desde el marco teórico del análisis crítico del discurso y sus entrucruzamientos con el psicoanálisis.

home

Los fantasmas que recorren el mundo

Desde que Carlos Marx (1) anunciara que un fantasma recorre el mundo y Sigmund Freud (2) le declarara la guerra a la hegemonía irrestricta de la razón, desde que la Revolución francesa expusiera los paradigmas del nuevo orden económico-social y los obreros y campesinos rusos proclamaran “Todo el poder a los soviets”, no hay acontecimiento que no evoque y sea evocado desde un repertorio de discursos sobre la realidad, que, muchas veces, son enunciados como si fueran la realidad misma.

En este mismo sentido lo que se expresa sobre el coronavirus, en tanto actitudes y decires, se presenta a la manera de discursos. Los llamados a cuidarse, las tesis negacionistas, la desconfianza paranoide, la ingenuidad irremediable, la incorporación del cubrebocas a la estética y la ética cotidiana, la guerra política entre los gobiernos y los partidos opositores en torno a las cifras de muertos o al balance entre la seguridad y el cuidado de la economía, los llamados a cerrar filas en torno al “heroísmo” de los médicos y el personal de salud, se expresan en frases, énfasis, recursos narrativos, estilos de comunicación, despliegues performáticos, en fin, de discursos. Decimos esto en el entendido de que el discurso puede estar compuesto de palabras, argumentos y también de grafías e imágenes.

Asumimos, en ese sentido, la afirmación de Leopoldo Artiles Gil (3) sobre la evidencia de que todas las actividades humanas presentan una dimensión significativa y que ese sentido puede ser entendido como el entramado entre intencionalidad y deseo: “Es decir, que allí donde podamos encontrar evidencia de un proyecto (programa) humano, deberemos señalar los fines o propósitos del mismo, que a su vez pueden estar sirviendo de soporte del entramado entre intencionalidad y deseo. a las acciones que las personas emprenden y que, por responder al programa se convierten en acciones significativas, o sea, en acciones con sentido”.

Por supuesto que ese sentido no siempre es evidente y resulta interesante observar cómo, en el transcurso del tiempo, su “para qué” se transforma en el “qué”, comprometiendo de esta manera todo análisis, ya que lo históricamente condicionado aparece como si fuera natural, en el sentido de no “fabricado” por la historia. Es como, dijera Manuel Machado (4) sobre las coplas populares: “Tal es la gloria Guillén,/ de los que escriben cantares:/ oír decir a la gente/ que no los ha escrito nadie”.

Desde este punto de vista podríamos observar cómo, en los discursos sobre el coronavirus, las políticas de Estado y las opiniones públicas, la “autoría” funciona siempre como un “sujeto omitido”;  y en tanto no tener autoría, en tanto mostrarse más  que como conceptualización de la realidad  como realidad misma, no tener intención ni para qué. La comprensión de estos fenómenos discursivos no puede agotarse en el marco teórico de las representaciones sociales, de las “pequeñas teorías sobre la realidad” de las que nos habla Sege Moscovici (5) cuando los sujetos y los grupos se ven enfrentados a sucesos difíciles de entender o conceptualizar (como cuando hay que responder “cómo son las mujeres”, o el alcance de la diferencia entre las razas y otras cuestiones donde el no saber provoca angustia y ansiedad social). La diferencia radica, desde mi punto de vista, en que en la “representación social” lo que queda omitido es el proceso de introyección de la opinión del grupo que luego se muestra como opinión propia; mientras que en los procesos que nos ocupan el tema central está en la sustitución o transformación del “para qué” en “qué”.

Intentar encontrar en los discursos sobre el coronavirus un solo sentido, una sola formación de sentido, sería analizar esta cuestión desde una lectura confabulatoria o paranoide de la realidad. Pero renunciar a encontrar el sentido sería posicionarse en un lugar ingenuo y regresivo.

Ronald Laing (6) señala la paradoja de que las ciencias psicológicas han encontrado una denominación (paranoia) para la situación de aquel que se siente perseguido sin serlo; pero que no han podido encontrar un nombre para una realidad más extendida y dramática referida a los millones de personas que son perseguidas (controladas) y no se dan cuenta de ello.

El discurso debería ser entendido como el concepto clave que permite encarar analíticamente los hechos significativos.

Criterios para el análisis de los discursos sobre la pandemia y cuestiones afines

Enumeraremos, entonces, una serie de criterios y principios que deberían ser tomados  en cuenta al analizar los discursos sobre la pandemia y el confinamiento, intentando traducir los principios teóricos de Teun Van Dijk (7) en una cierta metodología de análisis crítico de los discursos que implican lo social y lo político.

1- los discursos pueden estar compuestos por palabras, argumentos, grafías e imágenes

2-   todas las actividades humanas presentan una dimensión significativa

3-  podemos entender el sentido como el entramado de la intencionalidad y el deseo

4-  el sentido puede estar oculto y en el transcurso del tiempo presentar su “para qué” como un “qué”

5-   entendemos una formación discursiva como una articulación o juego de reglas que determina lo que puede y debe ser dicho sobre determinado objeto, concepto o tema a partir de una posición en una coyuntura

6- que las formaciones discursivas tienen ciertas reglas y estrategias que por dispersas que estén, determinan un manera de ordenar los datos, de construir los objetos y de plantear y definir los problemas

7- que todo discurso científico se apoya en una relación de valor, sea en la construcción de las hipótesis o en su orientación general

8-  que la ideología que sostiene toda ciencia puede entenderse como un repertorio de operaciones productoras de sentido y que, por lo tanto, expresa su existencia en el discurso

9- que, al decir de Artiles Gil (8) el discurso es la dimensión constitutiva del ser humano; el sujeto humano produce el sentido, pero a su vez es producido por el sentido

10-   que el discurso es la dimensión en la cual se constituye la ideología

Omer Silva V (9). afirma que una buena parte de los trabajos sobre análisis de discurso se relacionan con los temas de la cultura, la etnicidad, el género y el análisis del discurso social, entre otros.

En relación a esta última categoría dice Silva en su artículo que el análisis del discurso social representa para van Dijk el ámbito donde deberían culminar los análisis de discursos. Y esta afirmación de van Dijk se sostiene en el sentido de que este ámbito permite trascender el tratamiento de las combinaciones discursivas y los modos del habla, para introducir decisivamente la cuestión del contexto.

Y agrega Omer Silva (10): “Es necesario tener en cuenta que el discurso como acción social ocurre en el marco de la comprensión, comunicación e interacción que a su vez son parte de estructuras y procesos socio-culturales más amplios”.

Los nuevos discursos producen nuevos sujetos            

Estas consideraciones nos permiten afirmar que los discursos sobre “la peste”, el coronavirus y el confinamiento, encajan a la perfección en la materia del análisis de discurso, no solo porque forman parte del discurso social, sino porque parece haber allí un nuevo punto de articulación en la constitución de las ideologías. Podríamos agregar, además, que estos discursos, en tanto de sentido producido por el ser humano, resultan una forma significativa y compleja -en el sentido de Edgar Morin (11)- de producción de un “nuevo” ser humano.

El análisis de la relación entre el discurso y las estructuras sociales presenta diversas complejidades entre las que podemos señalar:

1- este ámbito del análisis del discurso debe concebirse como inter o multidisciplinario

2-  este ámbito del análisis del discurso debe tender a orientarse hacia un campo aplicado, ya sea en el terreno de la educación, los medios de comunicación, la política, el derecho, la psicología y, especialmente, el psicoanálisis. Digo “especialmente el psicoanálisis” porque sin este instrumento sería imposible dar cuenta de los procesos de conformación de las representaciones sociales y, menos aún, de la ideología y las operaciones productoras de sentido.

En el caso que nos ocupa, el análisis de los discursos sobre “la peste” y sus amenazas obliga por lo menos a una multidisciplinariedad que involucre el conocimiento del campo de la psicología y el psicoanálisis, las ciencias sociales y el análisis de los discursos involucrados en la presentación de este campo del conocimiento y la acción social.

Por otra parte, sería impensable el análisis de estos  discursos sin proponernos su aplicación a un campo donde el análisis del discurso se inscriba inmediatamente en los procesos de reformulación del trabajo práctico de las disciplinas involucradas.

El análisis de los discursos sobre “la peste” y el confinamiento se constituye, entonces, en una nueva variante que opera sobre la producción de los nuevos discursos.

Esta línea de  investigación está planteada en el sentido de la construcción de un nuevo discurso que sostenga una reflexión radical sobre todo discurso posible.

Esta modalidad de análisis involucra una cuestión decisiva en la medida que se trata de un análisis crítico del discurso, que pone a prueba y en cuestión el problema de la objetividad del investigador. Dicha objetividad no dependerá, obviamente, de la distancia del investigador con el objeto de estudio. Van Dijk (12) plantea, en este sentido, que se trata de una modalidad donde el investigador explicita su posición social y política al tiempo que asume una posición de confrontación con un discurso opuesto al suyo.

Consideraciones finales

Los discursos relacionados a estos nuevos aconteceres sociales no pueden ser analizados sin tener en cuenta una práctica profesional en los campos involucrados y una práctica política, social y comunitaria  que genera y se sostiene en un discurso alternativo, más allá del grado de conceptualización teórica que posea. En ese sentido, el análisis de los discursos sobre estas cuestiones  se inscribe en el marco de una confrontación que cuestiona una práctica y sostiene o promueve otra diferente.

En otros temas, fundamentalmente en el ámbito de los discursos sobre las drogas (que es el que más he estudiado), resulta relativamente fácil la caracterización de un discurso hegemónico (el discurso prohibicionista)  y la identificación de un otro discurso de sentido contrahegemónico gestionado en el campo del consumo, los derechos civiles, el arte y la cultura. Pero en esta nueva materia de análisis y reflexión no aparece aún claramente la estructura y la articulación de un discurso hegemónico, ya que el entrecruzamiento entre las posturas ideológicas y políticas y los posicionamientos ante el cuidado personal, la solidaridad con el otro, los derechos individuales y el compromiso con la economía, muestra resultados aún sorprendentes.

Diría, para terminar, que si el análisis de los discursos sobre la peste constituye una variante que opera sobre la producción de los nuevos discursos, es de esperar que un nuevo discurso sobre la clínica, la transferencia y la contratransferencia, el encuadre y la abstinencia, se esté gestando en ese mismo proceso.

Notas

(1) Marx, C., & Engels, F. , El manifiesto comunista, Akal, Madrid/España, 2010.

(2) Freud, S., Esquema del psicoanálisis, Obras Completas, Vol. XXIII, Amorrortu Editores, Buenos Aires/Argentina., 1996)

(3) Artiles Gil, Leopoldo. Análisis del discurso. Centro Cultural Póveda, Santo Domingo/República Dominicana, 2004.

(4) Machado, Manuel. Obras Completas. Biblioteca Nueva, Madrid, España, 1984.

(5) Moscovici, Serge. Psychologie des minorités actives. University Presses of France, París/Francia, 1979.

(6) Laing, Ronald. El yo y los otros. FCE, Ciudad de México/México, 2000.

(7) Van Dijk, Teun. La noticia como discurso, Paidós, Barcelona/España,1996.

(8) Ibid (3).

(9) (Silva V., Omer. El análisis del discurso según Van Dijk y los estudios de la comunicación. [En línea] Razón y Palabra, No. 26, abril mayo 2002 En: http://www.razonypalabra.com.mx).

(10) Ibid (9).

(11) Morin, Edgar. Los Siete Saberes Necesarios para la Educación del Futuro. Buenos Aires. Nueva

Visión, Buenos Aires/Argentina, 2002.

(12) Ibid (7).

Comentarios cerrados.