Blow up. Dejarse conmover por los detalles.

Los nexos entre un cuento de Cortázar, una fotografía de Larraín y un film de Antonioni.

Por M.Serena Sottile

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Julio Cortázar escucha una anécdota de boca del fotógrafo chileno Sergio Larraín y la toma para escribir “Las babas del diablo”. Luego, el cineasta italiano Michelangelo Antonioni escribe una versión libre sobre ese cuento para llevarlo a la pantalla grande. Circulan muchas notas y artículos sobre el tema en Internet. Igualmente me dieron ganas de escribir algo, tal vez porque todos tenemos algo de voyeurs, interpretamos y sobre interpretamos imágenes, nos hacemos preguntas y nos narramos historias a partir de ellas. Quizá porque me fascinan el mundo del bromuro de plata-elemento químico fotosensible- los cuartos oscuros con sus revelados analógicos y las cámaras fotográficas de tiempos anteriores al celular. O porque siempre me gustó la idea de que fotografiar es escribir con luz, me conmueve el cine y me llaman poderosamente la atención los fotogramas.Por todo eso o por algo de eso, me perdí en las arborescencias de estos relatos.

¿Qué visión de la realidad estamos disputando con los distintos lenguajes, ya sea el de la fotografía, la literatura o el cine?

Las lecturas que hacemos están mediatizadas por objetos, los medios que se eligen para contar algo producen efectos. Una narración se somete al lenguaje y también es en parte lo que se hace con él. En una fotografía o una escena ¿es la cámara la que se impone sometiendo al ojo o es al revés? ¿Podemos estar seguros de ver allí todo lo que hay para ver?

Blow up es el nombre de la película de Antonioni, en inglés significa burbuja. En la jerga fotográfica es una ampliación. Que cada cual haga zoom-ahora que estamos en la era digital- donde más le interese.

Sergio Larraín (1931) ha sido probablemente el fotógrafo más famoso de Chile, con tan solo 28 años ya contaba con fama internacional y publicaciones en las revistas más prestigiosas, fue invitado por Henri Cartier-Bresson a formar parte de la Magnum Photos, la agencia más importante del mundo. El Queco, como le decían, inspiró la novela de Marcelo Simonetti “El fotógrafo de Dios”. No se llevaba muy bien con el éxito ni con las directrices editoriales. “Una buena fotografía, o cualquier otra manifestación humana, nace de un estado de gracia. Y la gracia nace cuando has logrado liberarte de las convenciones, las obligaciones, la comodidad, la rivalidad, y eres libre como un niño que descubre la realidad”.

Sergio le cuenta a Cortázar que, en una salida, capta con su cámara Leica una imagen en la Catedral de Notre Dame. Al revelarla y observarla detenidamente se da cuenta que dentro del encuadre hay una pareja en pleno acto amoroso en la vía pública. “Un acto de malas costumbres”, dice.

Esto debió de parecerle muy interesante a Cortázar quien se inspiró en este episodio para escribir su cuento “Las babas del diablo”, uno de los cinco de Las armas secretas” (1959). Trata acerca de Roberto Michel, un fotógrafo franco chileno que vive en París y toma una fotografía con su Cóntax, a una pareja en un momento de cierta intimidad.

(…) Curioso que la escena (la nada, casi: dos que están ahí, desigualmente jóvenes) tuviera como un aura inquietante. Pensé que eso lo ponía yo, y que mi foto, si la sacaba, restituiría las cosas a su tonta verdad. 

Es un cuento que se ha analizado desde distintos ángulos y merece ser leído varias veces. Lleva a preguntarse sobre realidad y fantasía, sobre interpretación, sobre la escritura. Algunos lo consideran un metacuento. El narrador-protagonista se desdobla en primera y tercera persona, relata en dos tiempos: uno participando de la trama y otro más distante, como si narrara desde la muerte.

Todo lo que va aconteciendo genera una serie de situaciones confusas.

(…) Lo que había tomado por una pareja se parecía mucho más a un chico con su madre, aunque al mismo tiempo me daba cuenta de que no era un chico con su madre, de que era una pareja en el sentido que damos siempre a las parejas cuando las vemos apoyadas en los parapetos o abrazadas en los bancos de las plazas.

Luego al revelarla “El negativo era tan bueno que preparó una ampliación; la ampliación era tan buena que hizo otra mucho más grande, casi como un afiche. La fotografía puede ser prueba de la realidad, aunque también podría ser parte de una fantasía. ¿Cuál es el límite para el ojo humano al ampliar una fotografía, qué se puede interpretar si ya de tan ampliada no vemos los detalles?

Un fotógrafo de modas recorre un parque con su Nikon F (1959) popularizada por el film, hasta que comienza a fotografiar a una pareja que se encuentra conversando. La mujer, sobresaltada, le pide a Thomas, el protagonista, que le devuelva las fotos y hasta ofrece dinero por ellas, luego en un rollo de la cinta él ve algo que llama su atención y comienza a ampliar las imágenes en grandes cuadros para ver mejor de qué se trata. Nada de lo sucedido allí parece haber sido tan casual como lo parecía en el momento del clic.

La mujer habló de que nadie tenía derecho a tomar una foto sin permiso, y exigió que le entregara el rollo de película. Todo esto con una voz seca y clara, de buen acento de París, que iba subiendo de color y de tono a cada frase. Por mi parte se me importaba muy poco darle o no el rollo de película, pero cualquiera que me conozca sabe que las cosas hay que pedírmelas por las buenas. El resultado es que me limité a formular la opinión de que la fotografía no solo no está prohibida en los lugares públicos, sino que cuenta con el más decidido favor oficial y privado. (Las babas del diablo)

Hoy que somos todos portadores de una cámara en nuestros teléfonos móviles ¿Cómo pensar la diferencia y los límites entre lo íntimo y lo privado, entre lo íntimo y lo público?

La adaptación del cuento al guion cinematográfico fue realizada por Antonioni en colaboración con Tonino Guerra. Por estas latitudes la película se llamó Deseo de una noche de verano, contó con la actuación de David Hemmings en su papel más famoso, inspirado en el fotógrafo de modas de la Vogue inglesa, David Bailey. También participaron, entre otros, Vanesa Redgrave, Sarah Miles, y la recientemente fallecida actriz y cantante francesa Jane Birkin. Alcanzó status de clásico, obtuvo la palma de oro en el Festival de Cannes puso a sus actores y actrices en la mira de productores y directores. Jane Birkin a partir de su controvertida participación en este film-hizo el primer desnudo frontal integral del cine británico- comenzó su despegue artístico en Francia y conoció a Serge Gainsbourg quien sería su mentor, marido y compositor de las canciones que los convertirían en celebridades. En 1969 grabaron juntos la canción «Je t’aime moi non plus», con una letra que Brigitte Bardot rechazara cantar por su contenido sexual. (1)

Eran talentosos e irreverentes, frecuentaban la bohemia francesa, aparecían en las revistas de moda, y estaban en el centro de la escena del Swinging London más que del Mayo Francés.  Arte pop, arte psicodélico, Los Beatles, Andy Warhol, Los Rolling Stones y tantos otros representan esta movida cultural hedonista, moderna, optimista y reaccionaria a la austeridad post guerra. La modelo Veruschka que también actuó en Blow up, fue otra figura indiscutida de los swinging sixties. Estos años van a ser no sólo celebrados sino también parodiados por el cine, por ejemplo, en Austin Powers. Carnaby Street era frecuentada por artistas, mods, iconos de la moda y el diseño, como Mary Quant que abanderó su propia revolución al inventar la minifalda con su musa Twiggy. Jane adoptaría su uso y convertiría en Íconos de estilo a shorts, minifaldas y un inconfundible flequillo.

 Es considerada la primera influencer, apareció en la tapa de Vogue con una belleza lánguida característica de la época y fue la inspiradora de una cartera de lujo que lleva su nombre y es una de las más vendidas de la historia: el famoso modelo Birkin de Hermès.

En 1988, la cineasta Agnès Varda realizó un documental sobre Birkin, Jane B. par Agnès V. Veinte años más tarde, Charlotte Gainsbourg, filmó un documental sobre su madre, Jane par Charlotte, que presentaron juntas en el Festival de Cannes de 2021. Hoy, la más francesa de las artistas británicas, es homenajeada en la apertura al público de la Maison Gainsbourg.

(1) Je T’aime [Serge Gainsbourg et Jane Birkin] Original Music Video – YouTube

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