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Las Marismas. De Arnaldur Indridason.
Las marismas
De Arnaldur Indridason
Editorial RBA, Barcelona 2009, 287 pp.
Por Leonel Sicardi
leonelsicardi@elpsicoanalitico.com.ar
 

Marisma: Terreno bajo y pantanoso que se inunda por las aguas del mar. Diccionario de la Real Academia Española, edición 1970.

En esta novela policial de Indridason nuevamente se entrecruzan los tiempos, recurso al que parece ser afecto el autor, esta vez en lo transgeneracional, entrecruzando la biología y la identidad.Un hombre muere en su casa, a raíz de un golpe mortal, producto de un ataque con un objeto contundente, quién lo asesinó es una incógnita que se mantiene a lo largo de toda la trama...

La violencia contra las mujeres parece ser una constante en las novelas de este autor, quien  través de una intriga policial y psicológica deja entrever una profunda crítica a este horror de la cultura.

Una vez más muestra el abuso de poder, que cosifica al otro, considerándolo una propiedad sin derecho a tener una voz propia. Este arrasamiento subjetivo que se propone hacer el abusador-violento, tiene como correlato el arrasamiento subjetivo que le produce la droga a la hija de nuestro protagonista inspector Erlendur Sveinsson.

A lo largo del relato se vislumbran posibles hipótesis que apuntan a esclarecer el nudo de la trama, hasta su desenlace que no por ser bastante sencillo, resulta menos impactante.

Lo que una generación deja como marca en la que sigue y las consecuencias que esto acarrea a varias personas, en términos de enfermedad y muerte, son como una marisma que circula y penetra en los intersticios de la trama.

Como pregunta queda: ¿somos la culpa de los pecados de nuestros padres? Esta interrogación y otras nos deja Indridason, con su relato descriptivo, sencillo y minucioso, permitiendo vislumbrar entre los pliegues del mismo aspectos inherentes a la cultura islandesa.  

Para finalizar un fragmento de la poesía La sangre derramada de Federico García Lorca, que puede ilustrar aspectos de esta historia sobre la herencia y la sangre:

“su sangre ya viene cantando:
cantando por marismas y praderas,
resbalando por cuernos ateridos,
vacilando sin alma por la niebla…” 

 


 
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