Presentación del texto
Este trabajo tiene como objetivo analizar una propuesta artística realizada por una artista en la zona de frontera de Tijuana - San Diego. Las preguntas que formulo son acerca de los alcances y los límites que conlleva una obra de arte, en el marco del debate político-social contemporáneo en torno a la modernidad tardía a partir del concepto desarrollado por Scott Lash en La reflexividad y sus dobles: estructura, estética y comunidad.
En los años 80, las vanguardias se fueron retirando del arte de la “academia”, y se fueron uniendo a las vanguardias políticas que, además de buscarle un sentido social al arte, se fueron insertando en la vida cotidiana contemporánea.
La diferenciación entre lo teórico, lo estético y lo ético comienza a borrarse en la posmodernidad. Esta “desdiferenciación” implica nuevas relaciones entre lo cultural y lo social (Lash 1997).En la propuesta presentada se combinaron la acción artística y la problemática social, dejando en primer plano al sujeto. La artista dejó en su obra la marca de una situación crítica que la llevó a reflexionar y posteriormente a producir una intervención artística.
El trabajo está dividido en tres partes. En la primera se presenta la intervención de la artista: en qué consistió su obra y cómo fueron los diferentes momentos de construcción de la misma. En la segunda se presentan los conceptos de modernidad reflexiva, reflexividad estética y de desdiferenciación de Scott Lash para dar cuenta de cuál es el lugar del arte en la modernidad tardía. Por último propongo una articulación entre la propuesta artística y los conceptos teóricos mencionados, cruce que anudaría íntimamente las expresiones artísticas y su relación lo social.
1. Una intervención artística en la frontera. Las “Zapatillas Brinco”
La migración de mexicanos a Estados Unidos está motivada sobre todo por factores de carácter económico. Dentro del conglomerado de fuerzas que han contribuido a estructurar el sistema migratorio se destacan: la persistente demanda de mano de obra mexicana en los sectores agrícola, industrial y de servicios. La migración entre México y Estados Unidos es un movimiento que constituye un fenómeno complejo, con una prolongada tradición histórica y con raíces estructurales en ambos lados de la frontera. Se trata de una estructura binacional, abierta y cerrada.
En ese “entre” intermedio y ambiguo, la artista propuso su obra, desafiando las relaciones entre la comunidad pública y una geografía urbana de borde.
En la frontera de México y Estados Unidos, específicamente en las ciudades de Tijuana y San Diego se lleva a cabo el InSite. El InSite se dedica a realizar colaboraciones artísticas entre instituciones sin fines de lucro e instituciones públicas en esa zona de frontera. La propuesta se centra en la promoción para la investigación artística, es una práctica cultural de intervención en el tejido social urbano. El proceso dura dos años y culmina con la realización de obras que se sitúan en el dominio público a lo largo de las dos ciudades. InSite es un evento binacional, la primera edición se realizó en el año 1992.
En el año 2005 los organizadores de InSite, proponen una exhibición de arte "trans-fronterizo”, y le solicitan a la artista argentina, Judy Werthein, que reside en EEUU, que lleve a cabo un proyecto que dé cuenta de la vida en la frontera.
Esta propuesta la lleva a sumergirse en la zona y encara como primer paso una investigación en Tijuana y en San Diego. La artista recorrió las calles, habló con la gente, y rescató los aspectos específicos que hacen al cruce de la frontera. Tomó nota de sus temores, sus ideales y de los peligros que conlleva lanzarse a dicha empresa. Werthein detectó que la forma principal de transporte de los migrantes, eran sus pies. A partir de esta observación decidió diseñar, fabricar y distribuir, en forma gratuita para aquellas personas que deciden cruzar la frontera una línea de calzado deportivo que las llamó “Brinco”. “Dar el brinco” es como los migrantes mexicanos denominan al acto de cruzar la frontera.
El diseño de dichas zapatillas, está inspirado en la información y en los materiales que se requieren para “dar el brinco”. Contiene todo lo necesario en materia de ayuda a la hora de atravesar el desierto que separa ambas ciudades, como ser: mapas de las rutas más usadas para llegar y traspasar el límite, que es fácilmente desprendible de la suela, tiene una brújula-linterna que viene adherida a la lengüeta por debajo de los cordones; un bolsillo frontal para poner un billete de 10 dólares para llamar a la familia apenas la persona se encuentre en E.E.U.U. También contiene analgésicos, por las posibles heridas que se puede sufrir durante “el brinco”.
A los costados se puede distinguir el águila azteca bordada. Este símbolo es el que llevan impresos los productos que son fabricados en México, como una marca de “Hecho en México”, marca que a su vez da cuenta del origen de los migrantes. Sobre los dedos se distingue un águila estadounidense, como la que aparece en las monedas de un cuarto de dólar, apuntando al “sueño americano”. En el talón, se distingue una pequeña imagen del Santo Patrono de los Migrantes en México, el Padre Toribio Romo, que de acuerdo con la leyenda, ayudó a innumerables migrantes en la ruta a los Estados Unidos desde 1970.
Se fabricaron un número limitado de zapatillas, sólo 1000 pares, a un costo de 17 dólares el par, en una fábrica en una ciudad China cercana a Shanghái. La fábrica se llama HengJiaLi Shoes Inc., allí se fabrican todo tipo de zapatillas de marca, entre ellas las de marca Nike. Nike recibió varias denuncias de organismos internacionales por contratar niños para la fabricación de sus productos. La elección de esta fábrica, no fue azarosa, fue una manera de “resaltar las complejas contradicciones y obvias tensiones alrededor del libre comercio, políticas laborales internacionales y la globalización corporizada” [2]. Para dar cuenta de este conflicto, respecto a la relación producción vs consumo, Werthein incluye una nota en el interior de la zapatilla que dice: “Este producto fue fabricado por trabajadores en China, a los que les pagan un salario mínimo de 42 dólares por mes y trabajan 12 horas diarias”.
La obra debía ser “activa a ambos lados de la frontera”, explica la artista, por ese motivo tenía que responder a ambas realidades sociales. Del lado mejicano distribuyó gratuitamente 500 pares de Brinco entre los migrantes, transformándose en un objeto útil (ver foto). Del lado americano, Judy Werthein vendi las otras 500 zapatillas en una boutique de calzado deportivo en el centro de la ciudad de San Diego. La tienda, las exhibió sobre un pedestal, bajo cristal, con una etiqueta que marcaba: US$215. Lo que se recaudó fue destinado a la Casa del Migrante, un lugar que recibe a los migrantes cuando llegan a Tijuana, en donde se los aloja por 15 días.
2. Nuevas categorías de análisis en el orden post-industrial. La modernización reflexiva
A lo largo del desarrollo histórico de las Ciencias Sociales se han ido proponiendo distintas conceptualizaciones sobre la identidad. Una de ellas, que ha perdurado por largo tiempo se basa en una definición identitaria centrada en la conformación de un sujeto entero, constituido y cerrado, proveniente de una concepción de sujeto cartesiano, con límites y definiciones precisas de sí mismo, auto-cognoscente y completo. Este planteamiento del sujeto moderno, se lo asocia a la noción de identidad concebida como algo acabado y constituido.
Actualmente, las corrientes teóricas hablan de desestructuración de las estructuras sociales, lo que llevaría a considerar la constitución identitaria en formación constante. Desde esta perspectiva la reflexividad y la reestructuración en relación a la experiencia, se vuelven elementos indispensables para pensar al sujeto. La noción de reflexividad debe ser comprendida como una relación que emerge de los cambios que operan en esta nueva fase de la modernidad y configuran nuevos procesos de individuación.
El concepto de modernidad reflexiva fue propuesto por Urlich Beck (luego adhirió Anthony Guiddens y Scott Lash) en 1986 para sostener, como las certezas de la modernidad se fueron diluyendo y hoy el hombre se enfrenta a nuevos desafíos.
Para estos autores “la modernidad reflexiva ofrece una política de democracia plural, radical, arraigada en el localismo y en los intereses post-materiales de los nuevos movimientos sociales” [3]. Un aspecto relevante en esta fase reflexiva de la modernidad es que “también ha liberado a los individuos de estas estructuras abstractas y colectivas como la clase, la nación, la familia nuclear…” [4]. Por su parte, Lash aclara que la reflexividad debe ser entendida como “una relación que emerge de los cambios importantes que se operan en la modernidad tardía, que conforman, por un lado nuevos procesos de individualización y por otro, nuevas estructuras de comunicación e información” [5].
Existen para Lash diferentes formas de reflexión que contrastan entre sí, a una la denomina la reflexividad cognitiva y a la otra la reflexividad estética o expresiva. Me interesa rescatar el concepto de reflexividad estética en lo que se refiere a la propuesta artística de Judy Werthein. La dimensión estética de la modernidad reflexiva está vinculada no sólo al gran arte, “alta cultura”, sino más bien a la cultura popular y la estética de la vida cotidiana. Lash, considera que los nuevos modelos identitarios deben ser comprendidos desde la óptica de la reflexividad estética o expresiva. Dice Lash: “La reflexividad estética no es conceptual sino mimética…Es reflexiva en la medida en que opera miméticamente sobre la experiencia cotidiana” [6]. Desde esta óptica, cuando se trata de analizar los nuevos procesos de individualización se hace imprescindible hacer referencia a este tipo de reflexividad que incluiría “el uso del cine, la televisión de calidad, la poesía, los viajes y la pintura como medios en la regulación reflexiva de la vida cotidiana” [7]. La reflexividad en su versión estética se basa en sensaciones, afectos que promueven el deseo y la imaginación creadora.
Es importante mencionar que para Scott Lash, la post-modernidad está marcada por lo que él denomina una desdiferenciación de la cultura, en donde se disuelven las fronteras, tanto entre la alta cultura y la cultura popular o de masas como entre las diferentes formas culturales. Hoy en día se producen mezclas entre el arte, la fotografía, la música, el deporte, el turismo, la arquitectura, etc. Un sujeto reflexivo hoy, no sólo sería una consecuencia del modo de producción actual sino que también se definiría por la exposición que éste tiene al impacto de las industrias culturales. Dice Ana Wortman en relación a las industrias culturales: “son el modelo por excelencia de un nuevo modo de producción, de una nueva forma de organización del trabajo, que, a su vez, se extiende al resto de las esferas de la vida social” [8]. Existe hoy una fuerte presencia de lo subjetivo en la vida social debido al debilitamiento de las relaciones sociales. “La clase, la familia, el trabajo ya no determinan en forma permanente la identidad del individuo” [9]. De esta manera los productos de la industria cultural inciden en gran medida en la formación de símbolos de identidad.
3. A manera de conclusión: Cruce entre el arte y la sociología
Se podría considerar a las vanguardias artísticas como prácticas de resistencia, teniendo en cuenta que las estrategias de las mismas en tanto se dispersan en el tejido social, desbordan lo que se denomina el disenso político.
Las Brinco son una propuesta que tiene un pie en el arte y otro en lo político, desafía y a la vez borra las fronteras que definen tradicionalmente al arte. Da voz y visibilidad a quienes los critican o denigran o simplemente les niegan un lugar como personas. A cambio de eso se les dio la posibilidad de una participación activa, abriendo las fronteras al espacio creativo. El migrante, como movimiento social es a su vez un cuerpo de conocimientos que involucra prácticas, experiencias, saberes y resistencias. Desde esta perspectiva la propuesta creativa es tanto un producto social y a la vez productor de relaciones sociales. Las Brinco estarían en ese espacio de cruce entre el arte y lo social. La propuesta se focalizó en la relación entre el artista y los actores sociales locales, y ha dejado marcas en lo que refiere a la comprensión de lo social y en un hacer específico en el ámbito social, que fue favorecer a los migrantes a “dar el brinco”. Los migrantes transmitieron sentidos y valores cuando se pusieron las Brinco. El brinco define un espacio conceptual, el de la desigualdad, y la artista ofreció una manera de transitar esa ruta. Abrió la frontera y ofreció nuevas formas de concebir el arte.
Werthein, a partir de su propuesta, dejó expuestas las formas de cómo el capitalismo contemporáneo necesita de la producción de identidades opuestas en un momento globalizado. Instaló claramente una línea que diferencia los que producen y los que consumen.
¿Se podría pensar la intervención de Las Brinco como una manifestación del arte crítico vanguardista, en tanto que éste se instala en ese espacio en donde los modos tradicionales de producción, circulación y recepción quedan cuestionados?
¿Qué produjo en los migrantes el calzarse Las Brinco?:
¿Se apoderaron de un objeto utilitario-crítico-metafórico o devinieron actores en lo que se refiere a la transmisión de significados y valores culturales más allá de lo que encierra un par de zapatillas?
Esta intervención da cuenta, desde la perspectiva de Lash, de cómo un objeto artístico, en tanto producto de la cultura en la modernidad tardía, no es representaciones sino que la misma obra de arte, en este caso las“Brinco”, se entraman en la realidad cotidiana. Las Brinco se han incorporado a la vida de los migrantes, ellos dispusieron de un calzado para lanzarse a la odisea del cruce para poder llegar a destino con un mensaje que dé cuenta de lo que significa haber decidido tamaña empresa.
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