SOCIEDAD
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lucianachairo@elpsicoanalitico.com.ar
Melina Cenzano Dragun
melinacd@yahoo.com
 
 

 “…cada intervención específica presenta el desafío de interrogar certezas teóricas e  inventar nuevos diseños de intervención [1]





Introducción

En el siguiente relato acerca de una experiencia de intervención institucional que  hemos realizado en una fábrica recuperada del Gran Buenos Aires, retomaremos la elucidación de los avatares propios del armado del dispositivo de trabajo y de nuestra posición como analistas institucionales, ya que para nosotras ha representado un fuerte desafío el hecho de adentrarnos en este campo completamente novedoso.
 
Como ‘baqueanas’ en territorio desconocido, fuimos descubriéndonos en una tarea que no deja de interrogarnos. Castoriadis define la elucidación como “Pensar lo que se hace y saber lo que se piensa”… esta es la apuesta metodológica y ética que hemos elegido desde el comienzo del recorrido, y la que intentaremos sostener para adentrarnos en la elaboración de este escrito.


Campo de análisis

En las reuniones de análisis, previas a la intervención, donde indagamos algunas cuestiones referentes a las cooperativas y empresas recuperadas, pudimos ir elucidando nuestros supuestos, atravesamientos ideológicos y herramientas conceptuales con las que operamos. Nos detuvimos a pensar en la condición histórica como organizador de una subjetividad que puede ser capaz de instituir cambios y novedad en función del reconocimiento crítico de la herencia de formas de pensar, hacer y sentir del pasado. Este análisis de las condiciones de partida y del contexto sociohistórico nos parece tan necesario como el abordaje situacional en el que podamos advertir dichas marcas previas, para visibilizar las fuerzas instituyentes presentes.

El movimiento de recuperación de fábricas se inicia hace varias décadas como respuesta y defensa de la fuente de trabajo, ante una serie de políticas económicas neoliberales, que redundaron en un desfondamiento institucional (desarticulación estatal de las legislaciones), un gran endeudamiento para la Argentina y un fuerte desmantelamiento de la industria local; sobre todo de las medianas y pequeñas unidades que no podían competir con precios internacionales.

Durante el año 2001, numerosas fábricas y empresas fueron vaciadas y quebradas, sin mediar ningún tipo de indemnización ni pago de lo adeudado para sus obreros y empleados. En muchos casos los trabajadores, no sin múltiples dificultades, tomaron las empresas y comenzaron a producir.

En este contexto y en la particularidad de la fábrica que nos convoca al trabajo, advertimos que son varias las significaciones sociales que se crean, como así también las que vacilan en su sentido; por ejemplo los sentidos de propiedad, cooperativa, empresa o “trompa” merecieron ser debatidos en forma grupal en los encuentros que mantuvimos, descubriendo polisemias y sincretismos. Podemos pensar que en estos procesos, las viejas tradiciones laborales coexisten con los valores de la autogestión, confrontando a los trabajadores con un nuevo modo de habitar la tarea y los lazos con otros, propios de esta inédita modalidad. Creemos que dichos movimientos no son posibles sin amplias transformaciones subjetivas en sus protagonistas, y sus primeras manifestaciones no han sido sin desorientación, angustia y malestar. Consideramos que es en este punto donde, como analistas institucionales, se recorta nuestro campo de problemas.

Las transformaciones que se producen en estos colectivos que inventan, no son lineales; no puede anticiparse hacia donde irán... Lo que sí puede plantearse es que tensan la heteronomía, abriendo lucidez a la pregunta ¿cómo hacemos?


Campo de intervención

El requerimiento nos llegó por parte de uno de los abogados que patrocina a los trabajadores en el proceso de quiebra. Su pedido hacía referencia a la dificultad grupal de los asociados para reorganizarse bajo una modalidad sin patrón y el peligro de reditar, entre compañeros, un modelo asimétrico de conducción empresarial, tal como sucede en buena parte de las empresas recuperadas

Nos preguntamos qué nivel de conciencia tendría este grupo de trabajadores sobre su inscripción en un movimiento más amplio, innovador, distribuido a lo largo y ancho del país, que genera además de fuertes movimientos desestructurantes y reestructuraciones, paradójicos fenómenos tales como el turismo de investigación… ¿Sería importante enunciarles algo de esto a ellos? ¿Íbamos a contarles o “enseñarles” lo que habían hecho otras organizaciones, o cómo organizarse para superar el modelo empresarial? ¿Tendría esto algo que ver con la demanda? Estos interrogantes que fuimos debatiendo y desplegando en reuniones previas y paralelas a la intervención institucional, nos permitieron descubrir nuestros supuestos e ideales en torno a las cooperativas, el movimiento obrero y el análisis institucional. Este reconocimiento de la no neutralidad dio lugar a pensar la abstinencia, bajar la ansiedad (¿qué hacemos con lo que sabemos?) [2] y establecer como pilares del dispositivo el despliegue de las funciones elementales de la palabra: la escucha, la expresión de la singularidad, el soportar las diferencias, el acuerdo y el disenso.

Repensar las transformaciones subjetivas generadas en este contexto, es para nosotras un desafío y una apuesta ética y política que nos impulsa a producir las herramientas conceptuales y clínicas propias de un nuevo ámbito para el quehacer profesional de la psicología.

Al plantearnos conceptualmente nuestro lugar en el socioanálisis y los objetivos del mismo, dilucidamos las categorías de autonomía y autogestión, al mismo tiempo que se nos abrían preguntas sobre lo grupal y lo colectivo: ¿Cuáles serían las condiciones de posibilidad para que se instituya un colectivo en este momento histórico? En un contexto institucional donde impera una marcada fragmentación y aislamiento de los sujetos… ¿cuáles son las condiciones para la grupalidad? Y profundizando en nuestro campo teórico, ¿Cómo operamos con las herramientas de antaño en la práctica actual? ¿Qué dispositivo sería pertinente?


¿Qué pasó?

Si bien realizamos un gran esfuerzo para pensar, repensar y diseñar el dispositivo de intervención, nos encontramos que estando allí con ellos, ofrecimos los instrumentos más elementales de nuestro saber hacer. Abrir con nuestra presencia ahí un tiempo-espacio de encuentro para pensar juntos, sostener y marcar la alternancia de la palabra y la escucha, un encuentro conducido desde un vínculo de respeto, confianza y ternura. Necesidades básicas sentidas y expresadas para estos trabajadores que viven la continuidad o no de su producción como amenaza permanente y agotadora. Lo tomaron enseguida y se pusieron en juego. Sentimos que las reuniones que hicimos democratizaban la circulación de la palabra, descubriendo los roles estereotipados que configuran como grupo de trabajo de muchos años. Apostamos a que estas reuniones tuvieran por efecto la constitución de un espacio asambleario, como herramienta o instrumento para el sostenimiento de una construcción colectiva, de decisiones, de sentidos, de sentires.

La conceptualización de la ternura como tecnología, fue clave en el armado del dispositivo. Nos orientamos a evaluar, tensionar y promover la relación de confianza soporte del trabajo emprendido.

En este sentido nos gratificó el modo en que se instaló rápidamente una lógica de la escucha diferente. Fue valorada cada una de las interlocuciones, desde la nueva configuración dada por la situación analítica. Todos presentes, sentados en círculo, con momentos para que cada uno se exprese. Esto tornó aún más significativa la ausencia repetida de uno de los miembros, que como un analizador mostraba la resistencia a abandonar la lógica verticalista y la competencia liberal que provoca la empresa en una sociedad capitalista.

En este sentido, nos llevamos una sorpresa en relación a las expectativas y supuestos de cómo los imaginábamos. Sostenían un alto grado de conciencia sobre la unión como organización, una mirada crítica en cuanto a la forma de trabajo alienado de nuestra sociedad (notando por ejemplo “que la escuela es una educación para la dependencia”), conciencia sobre las necesidades compartidas y solidaridad para atender a las necesidades particulares; a pesar de las significaciones que nuestra sociedad instituye como valores.


Comentarios finales

Hasta aquí, hemos recortado solo algunas de las dimensiones puestas en juego en la experiencia de intervención que emprendimos, con el objetivo de ensayar una posible formalización de nuestra práctica que trascienda los límites de la experiencia.

A lo largo del recorrido intentamos visibilizar algunos interrogantes que nos acompañaron durante el proceso de intervención. Más que concluir, proponemos insinuar sólo algunas puntadas del tejido elaborado por esta experiencia. 

El hecho de caracterizar a nuestra sociedad desde la fragmentación del lazo, el privilegio de la salida individualista, el pragmatismo o instrumentalización absoluta de las instituciones, nos llevó a presuponer que estas significaciones estarían operando en las subjetividades de los trabajadores con los que nos íbamos encontrar. Considerábamos que esta cuestión obturaría el armado de un grupo capaz de analizar sus implicaciones. 

Ahora bien, cuando llegamos, vislumbramos que portaban otros sentidos (como la solidaridad, el trabajo, el compañerismo, la capacidad de colectivizar sus problemas), significaciones que al mismo tiempo infiltran a las mencionadas anteriormente – empresa, mercado, capitalismo-  que son destituyentes de una subjetividad crítica. 

¿En qué consistió nuestra tarea? Pues bien, era fundamental visibilizar o desnaturalizar ese saber hacer con el que contaban, e intentar ponerlo en tensión con un modelo liberal que claramente también los fundaba como subjetividad mortificada. Y aquí el síntoma, este desacople entre significaciones en pugna que los dejaba paralizados, desorientados y sin respuesta ante el nuevo escenario al que los enfrentaba el constituirse como cooperativa.

 
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Notas
 
[1] Fernandez, A. M y Cols. “Instituciones estalladas”. Introducción. Pág. 13. Ed. EUDEBA, Bs. As 1999
[2] Saidón, O. ¿Qué hacer con todo lo que se sabe? en Taber, B y Altschul, C. (Comp.). Pensando Ulloa,  Libros del Zorzal, Bs As, 2005. 

Bibliografía
 
Castoriadis, C., El avance de la insignificancia, Ed. EUDEBA, Bs. As, 1996.
Fernández, A. M y Cols., Instituciones estalladas, Ed. EUDEBA, Bs. As, 1999.
Fernández, A. M y Cols., Política y subjetividad: asambleas barriales y fábricas recuperadas,  Ed. Biblos, Bs. As,  2008.
Foucault, M., “El sujeto y el poder” en Discurso, Poder y Subjetividad, Ediciones El Cielo por Asalto, Bs As, 1995
Saidón, O., ¿Qué hacer con todo lo que se sabe? en Taber, B y Altschul, C. (Comp.). Pensando Ulloa,  Libros del Zorzal, Bs As, 2005. 
Ulloa, F., Novela clínica Psicoanalítica. Historial de una práctica, Ed. Paidós, Bs. As, 1995.
Revista virtual del Observatorio de Fábricas recuperadas del Instituto de Investigaciones Gino Germani. Facultad de Cs. Sociales. UBA http://iigg.sociales.uba.ar
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