Este trabajo surge
de observar la aparición de procesos sublimatorios
en el curso del análisis con pacientes difíciles,
y de pensar si es posible considerar la sublimación
como un recurso que permitiría tramitar situaciones
traumáticas y de déficit tempranos. Las
dificultades no tardaron en aparecer, tanto desde la
clínica como desde la teoría con la que
intentaba dar cuenta de esos fenómenos. Intentaré
reflejar el proceso de reflexión y los interrogantes
que la temática me fue planteando.
Del Yo ideal al Ideal del yo
El Ideal exige la sublimación pulsional. Por
otro lado, el pasaje del Yo ideal al Ideal del yo implica
un proceso de complejización psíquica,
que se dificulta cuando en el punto de partida hallamos
un narcisismo deficitario, con fallas en su constitución.
“El desarrollo del yo consiste en un distanciamiento
respecto del narcisismo primario y engendra una intensa
aspiración a recobrarlo” [1].
Si el Ideal es la herencia del Narcisismo originario
[2]
y, sobre el yo ideal recae el amor de si del cual gozó
el yo real [3]
, parece válido interrogarse acerca de lo que
sucede cuando no hubo tal amor por su yo real ni por
sí mismo.
Narcisismo y Sentimiento de
Si
La inmortalidad del Yo es el punto más espinoso
del sistema narcisista [4].
Si falla el sostén que brindan los padres, esta
falta de investidura temprana en el niño podría
implicar un déficit en la constitución
de su narcisismo y una traba en el desarrollo de su
aparato psíquico. Distintos autores (Winnicot,
Tustin, Bion, Green) [5]
se refirieron a las consecuencias funestas de este desencuentro
primero.
Sostiene Freud que “el sentimiento de sí
se nos presenta como expresión del grandor del
yo [6]”;
El sentimiento oceánico [7]
conserva un sentimiento yoico primario contrapuesto
a uno posterior más delimitado y “aspira
a restablecer el narcisismo irrestricto” [8].
El sentimiento yoico también está expuesto
a perturbaciones [9]
: partes del cuerpo, pensamientos, sentimientos propios
son vividos como ajenos al yo.
D. Maldavsky sostiene que como condición previa
a la conformación de una imagen de sí
debe constituirse el sentimiento de si, primer rudimento
de la subjetividad al que entiende como un sentir-se
producto del registro de los propios procesos afectivos.
La posibilidad de sentirse vivo derivaría del
encuentro entre las disposiciones del niño y
la empatía materna, posibilidad que quedaría
afectada si falla ese encuentro.
Sublimación e Ideal
En cada individuo la distancia entre su Yo y su Ideal
será variable y en algunos casos es mínima
[10]
. Cuando el Ideal es proyectado en un conductor, a menor
distancia, mayor será el grado de hipnotismo
y sometimiento. En el curso del desarrollo, las instancias
se van diferenciando y volviendo más abstractas
e impersonales.
Dos ejemplos opuestos: En la leyenda de Hamellin, el
flautista encarna el lugar del Ideal, y los niños
sucumben hipnóticamente a los encantos de su
música, siendo llevados a la muerte. Permanecen
pasivos frente a la realidad y a sus propios procesos
pulsionales.
En cambio en El creador literario [11]
, el poeta puede decir lo que en otros no tiene palabras
y el lector se adueña de las propias fantasías,
vía identificación con la palabra del
poeta, en una posición activa. “El dramaturgo
nos domina y paraliza con su arte mientras dura la representación,
pero no puede impedir que nuestro pensamiento nos rescate
al finalizar la misma [12]
.
A mayor perturbación en la conformación
del aparato psíquico, corresponden fijaciones
pulsionales y yoicas patógenas, con un sentimiento
de sí mas perturbado, mayor desligadura pulsional
y un superyo más rígido y cruel enfrentado
a un yo sometido en una posición pasiva y masoquista.
Sublimación, Eros y Pulsión
de Muerte
Inicialmente la sublimación es descripta por
Freud como un buen destino para aquellas pulsiones difíciles
de domeñar. Cita al poeta: “enfermo estaba,
y ese fue de la creación el motivo: cuando convalecí,
y en ese esfuerzo sané.” [13]
. Bajo el nuevo marco conceptual del año 20 sostiene
que la desexualización pulsional que conlleva
el proceso sublimatorio genera una mudanza de libido
de objeto en libido narcisista, que propicia una desmezcla
que trabaja en contra de Eros. [14]
y deja al aparato desprotegido. Sin embargo más
tarde en El Esquema, retoma la primera conceptualización
donde la sublimación favorece procesos de curación:
[15]”.
¿Hay un cambio sustancial entre ambas postulaciones?
¿Es una oscilación de Freud, o una articulación
entre ambas posturas? Por otra parte, ¿Será
posible pensarlo en función de mecanismo exitoso
o fallido? ¿Es por la intensidad pulsional en
juego? ¿Es por el punto de fijación, cuanto
más regresivo más pulsión de muerte
en juego?
Proceso creativo y sentimiento
de si
Leemos en el artículo sobre el poeta: “una
vivencia actual despierta en el poeta el recuerdo de
una anterior, las más de las veces una perteneciente
a su niñez…” [16]
¿Con qué recursos cuenta el aparato cuando
el punto de fijación corresponde a momentos en
los que no hay posibilidad de recordar o fantasear porque
no había aún acceso a la palabra?
Reflexionando sobre el sentimiento oceánico,
Freud describe la práctica yoga: una atención
puesta en las funciones corporales y la respiración
logra la percepción de nuevas sensaciones de
universalidad. Y sugiere un nexo entre estas modificaciones
y las producidas en el trance y el éxtasis. Estas
relaciones entre funciones corporales tempranas y sentimiento
oceánico, nos llevan a considerar la función
de ciertos hechos artísticos, que permitirían
recuperar o generar vivencias tan primitivas.
“En muchas personas es privilegiado un devenir
consciente de los procesos de pensamiento por retroceso
a los restos visuales siendo el pensar en imágenes
un imperfecto devenir consciente, estando más
próximo a lo inc. que el pensar en palabras y
siendo más antiguo que este…” [17]
Si la plástica apela a la imagen y la literatura
a la palabra, música y danza responderían
al lenguaje de los afectos, pulsaciones más elementales
que a través de estos lenguajes expresivos en
los que se compromete lo corporal podrían tener
un destino privilegiado. Podemos pensar que se ponen
en juego los ritmos que nos conectan con los encuentros/desencuentros
de un cuerpo a cuerpo con los objetos primeros.
Sujetos con fijaciones tempranas y predominio de defensas
del orden de la desmentida o la desestimación,
apelan a la sublimación: es necesario un aparato
que también sea capaz de reprimir, generar contra-investiduras
preconcientes y procesar recursos auditivos y motrices
que se han transformado en lenguaje. Fijaciones tempranas
van a la búsqueda de nuevos sustitutos y podría
tener diversos caminos: por ej, transformarse en un
lenguaje expresivo, o seguir la línea de lo tóxico
resultando en una adicción.
Personajes fílmicos a
modo de ejemplo
Se presentarán tres personajes fílmicos
con diversos rasgos psicopatológicos, intentaré
señalar en cada uno de ellos los conceptos mencionados:
la distancia y la tensión entre el yo y el ideal,
la conformación del sentimiento de si, y el carácter
de los procesos sublimatorios en juego de acuerdo al
tipo de defensa predominante.
1. All that jazz. Acerca
de ser su propio Ideal. El protagonista de este film
es Joe Gideon, un exitoso bailarín, coreógrafo
y director de puestas musicales. Podemos aplicar las
palabras que Freud utilizó para Dostoievsky [18]
“De
acuerdo con la relación de fuerza entre las exigencias
pulsionales, las inhibiciones que las contrarrestan,
más las vías de sublimación disponibles,
habría que clasificar a Dostoievsky como uno
de esos caracteres llamados apasionados”.
Dice Gideon, a través de uno de sus personajes:
“Si fuera Dios, y a veces me creo Dios, depende
de la hierba que fume…todos viviríamos
para siempre. Sin muerte…” Hay en sus creaciones
una búsqueda de perfección que se le impone,
no puede parar. El trabajo, el sexo, las anfetaminas,
todo tiene un carácter compulsivo y adictivo.
Cuando la defensa omnipotente falla y se encuentra con
lo imperfecto de su humanidad, redobla la apuesta e
insiste en el logro que lo ratifique en aquel añorado
lugar en donde él y Dios eran Uno Todopoderoso.
El quiebre final se produce internado en un hospital,
mirando a una periodista que defenestra su producción
fílmica desde una pantalla de TV, representante
de un superyo sádico que lo confronta con su
sentimiento de inferioridad.
En un pasaje del film, su Madre y la Muerte -dos aspectos
de un mismo personaje imaginario - dialogan: “Desde
que era chiquito está loco por ti”.
“Una satisfacción irrestricta de todas
las necesidades quiere ser admitida como la regla de
vida más tentadora, pero ello significa anteponer
el goce a la precaución, lo cual tras breve ejercicio
recibe su castigo.” [19]
En el Esquema de Psicoanálisis [20]
Freud hace referencia a una necesidad de estar enfermo,
que responde a dos orígenes distintos. Uno es
el sentimiento de culpabilidad sostenido desde un superyo
severo y cruel. El segundo caso –donde situamos
a este personaje- más grave, trata de una alteración
de la pulsión de auto-conservación que
lleva a destruirse a si mismo, llegando en los casos
extremos a concluir en un suicidio: “han sobrevenido
vastas desmezclas de pulsión a consecuencias
de las cuales se han liberado cantidades hipertróficas
de pulsión de destrucción vuelta hacia
adentro”.
El tipo de afecciones que desarrolla este personaje
nos permite presuponer un severo déficit en el
vínculo con sus primeros objetos, surgiendo ese
cuadro en el lugar donde debería haberse instalado
un sentimiento de sí temprano, que al no constituirse
adecuadamente, condiciona el procesamiento del resto
de su vida pulsional. El padre apenas surge en su relato,
mujeriego y jugador, sostén identificatorio frágil,
casi inexistente, que revela el fracaso de la instalación
de una función paterna eficaz.
En Gideon una producción artística fenomenal,
sin embargo, no está al servicio de un proceso
que nos permita pensar en un destino logrado. Estamos
en el terreno de la compulsión a la repetición
y la sublimación queda atrapada en esa lucha
entre Eros y pulsión de muerte; el Ideal es insaciable,
siendo en este caso la necesidad de perfección
narcisista lo que comanda el proceso creativo. Y ya
sabemos como terminó Narciso: el cuadro coreográfico
“perfecto” que logra al final del film es
su agua de estanque en la que termina capturado; mientras
en el teatro se desarrolla por primera vez la puesta
de ese cuadro coreográfico, Gideon muere.
2. Claroscuro. Un grado
de diferenciación. El padre de David quiso ser
músico, su propio padre se lo impidió,
por eso espera que su hijo -vivido como una parte admirada,
denigrada y maltratada de sí mismo- cumpla aquel
deseo suyo insatisfecho y sea el mejor. Siente un inmenso
placer escuchando música en su combinado, lo
que nos permite inferir un cierto proceso de ligadura
pulsional. David padece el amor por la música
de su padre y el odio que este hombre contiene dentro
de sí. La ejecución musical se transforma
para el hijo, en un acto impecable pero mecánico,
de sometimiento a un padre furioso. El padre es un sobreviviente
del holocausto, el hijo es un sobreviviente del odio
de su padre.
Sostenido por el afecto de una mujer mayor y por un
profesor bondadoso y firme, logra decirle No al padre
luego de una escena de furiosa violencia descargada
sobre él. Y se va. El costo es alto: el quiebre
se produce cuando finalmente toca un concierto de Rachmaninof,
el mas difícil de ejecutar y el que más
quería su padre. En medio del concierto cae al
piso. Lo gana la psicosis, de la que nunca logra recuperarse.
Sus dedos siguen mecánicamente “ejecutando”
la pieza, aún inconsciente, aún dormido.
Sólo recupera algo del placer por la ejecución
musical, cuando conoce el amor de una mujer que logra
ponerle freno a sus arranques ansiosos irrefrenables:
un triunfo de Eros. Ideal, puesto en el padre; Yo, jugado
desde el hijo; un alto costo: la locura y una cierta
cura facilitada por el amor. La música alternativamente
pudo estar al servicio de cualquiera de los dos bandos.
En referencia al artículo citado acerca de la
necesidad de estar enfermo, este caso refiere al primero
de los orígenes mencionados: el sentimiento de
culpabilidad; posición masoquista homosexual,
de sometimiento a un superyo cruel que condena y culpabiliza
al Yo.
3. Billy Elliott. El Ideal
como abstracción. La madre de Billy le dejó
un mandato antes de morir escrito en una carta: “Sé
tú mismo”. También le dejó
un piano y su amor por la música. Billy vive
en un barrio de trabajadores mineros, hombres rudos,
su padre y su hermano son sindicalistas y están
de paro. Billy deja el boxeo y comienza a bailar, disfruta
bailando. A través de la danza procesa sus pulsiones
en un intento, en su caso logrado, de ligadura de las
mismas.
Un tema musical suena al comienzo del film: “bailaba
a los 12, a los 8, al despertar y al salir del vientre.
Raro bailar desde pequeño, bailaba hasta el eterno
sueño. Es malo comprender el pesar que hostiga
al hombre. ¿Porqué ser tan inconsciente?”
Una escena de la película permite ver el camino
de procesamiento de lo pulsional, aquella en la cual
Billy, aún niño, “danza” su
ira, en algo que está a medio camino entre la
descarga directa (patea, insulta, grita), mientras sus
pasos logran darle ritmo, fuerza y forma armónica
a su baile.
En distintos artículos freudianos hay referencias
a la proporción entre la medida necesaria de
sublimación y la necesidad de descarga directa:
“…en cuanto al monto apto para la sublimación,
sin duda es variable… Una cierta medida de satisfacción
sexual directa parece indispensable…[21]
.
Billy baila ´desde el vientre hasta la muerte´,
pero a diferencia de Gideon no estaba fascinado con
la muerte. Podemos pensar que en ambos funciona el mecanismo
de la desmentida, pero en un caso es funcional (danzando
olvida “el pesar que hostiga al hombre”,
dice la canción) en cambio en el otro caso desmentir
la propia castración lo lleva a un desmantelamiento
de su aparato psíquico. ”Dos actitudes
contrapuestas frente a la muerte- una que la admite
como aniquilación de la vida, y la otra que la
desmiente como irreal- chocan y entran en conflicto.”
[22]
En un caso se instala el acto creador como una experiencia
que puede ser placentera. “el valor de la transitoriedad
es el de la escasez en el tiempo. La restricción
en la posibilidad del goce lo torna más apetecible”
[23]
En el otro caso es goce desenfrenado, “exigencia
de eternidad”.
A diferencia de lo que le sucede a David, a Billy sí
le interesa lo socialmente valorado, empezando por su
padre y su hermano idealizados, luego su maestra, sus
amigos y toda la comunidad. El Ideal que pretende alcanzar
se va alejando cada vez más de su Yo, luego de
su padre, hasta ponerlo seguramente en algún
personaje del mundo de la danza y en la danza misma,
permitiendo por un lado el logro de su procesamiento
pulsional y por el otro su logro artístico que
finalmente es aceptado con orgullo por su familia. “El
Ideal se va volviendo cada vez más impersonal”.
[24]
En el examen para ingresar a la Real Academia de danza,
le preguntan a Billy que siente al bailar. Su respuesta
resume lo que podemos pensar que es un proceso sublimatorio
logrado: “Me olvido de todo, es como desaparecer.
Como sentir un cambio en todo mi cuerpo. Como si hubiese
un fuego en mi cuerpo. Allá estoy, volando como
un ave, es como electricidad.” En el placer sublimatorio
recuperaba algo de aquel sentimiento primario ilimitado.
Podemos presuponer en Billy un predominio del mecanismo
represivo, un proceso identificatorio más logrado,
cierta posibilidad de procesar duelos. Puede entonces
someterse a una rígida disciplina de aprendizaje,
aceptando una y otra vez frustrarse antes de adquirir
la destreza. Y por supuesto, una amplia cuota de talento
que como dice Freud en su artículo sobre Dostoievsky,
sigue siendo inanalizable.
Acerca del Sentimiento de
si y la distancia con el Ideal: El Ideal exige
sublimar, pero si no se ha producido un cierto desarrollo
yoico, una renuncia narcisista y la creación
de un Ideal mas alejado de su Yo -proceso que culmina
con la resolución edípica-, podría
no haber sublimación que apacigüe al Ideal,
como en algunos de los casos planteados.
Gideon conseguía Ser sólo cuando lograba
la perfección; frágil sentimiento de sí
destinado a sucumbir una y otra vez. Paga con su vida
en una especie de suicidio.
Los niños-ratas en estado hipnótico pierden
su sentimiento de ser proyectándolo en el flautista
que ocupa el lugar del Ideal, apenas un gradiente mayor
y terminan asesinados.
David anhelaba ser amado, logrando así un sostén
identificatorio que le permitía utilizar la ejecución
musical como vehículo a través del cual
lograr cierta unificación de su sentimiento yoico.
Su costo es el quiebre psíquico
En Billy podemos suponer un sentimiento de sí
más logrado, un Ideal más abstracto, mayor
desarrollo Yoico y ganancia de placer.
Acerca del valor de las artes: Dice María Fux:
“la danza está más allá del
lenguaje, como un medio para expresar emociones…
todo el cuerpo es el protagonista. Cuando bailamos expresamos
los miedos, la rabia, la angustia, el dolor... Es a
través de la danza, más que de la palabra,
que logran encontrar esa salida.". Condicen los
dichos de esta reconocida danza-terapeuta, con la idea
que desarrollamos: que en estructuras con fijaciones
muy tempranas los propios afectos no pueden ser sentidos.
Dice el gran pianista Daniel Baremboin: “la música
es la humanización del ruido” Puede serlo
de hecho en los mejores casos. Pero también puede
ser un vehículo donde se juega una lucha por
la propia subjetividad y hasta por la propia vida, como
se ve en la escena del quiebre de David, cuando deja
de oír los sonidos que él ejecuta y sólo
escucha el silencio, quebrado por los latidos de su
propio corazón.
Transferencia y proceso sublimatorio
¿Cómo podemos pensar la aparición
de procesos sublimatorios en el curso de un tratamiento
y, qué lugar ocuparía el analista en esas
situaciones? El proceso sublimatorio o creativo genuino
no puede forzarse. No debería ser un objetivo
clínico buscado en forma activa sino que, si
surge, ha de ser producto de un reordenamiento interno,
de una construcción de adentro hacia afuera y
no al revés. Dicho reordenamiento se daría
eventualmente por resolución de conflictos y
producción de nuevas formas de enlace o ligadura.
Caso contrario, el analista quedaría puesto,
proyección transferencial mediante, en el lugar
del Ideal exigente al que hay que complacer.
A modo de cierre
Resumiendo, podría presumirse que a través
de ciertos hechos artísticos se abre una posibilidad
cierta de sentir-se: en la ganancia de placer producto
de un proceso sublimatorio se podría generar
algo de un sentimiento de sí.
- En aquellas estructuras en las que se padecieron traumatismos
que conforman grietas muy tempranas, ciertos actos creativos
serían pasibles de producir enlaces eficaces,
diferentes a aquellos que requieren de la palabra. En
este trabajo se puso el acento en aquellas expresiones
artísticas ligadas a sonidos y movimiento.
- En el proceso de aprendizaje de una disciplina necesariamente
hay displacer y frustración. Displacer que puede
estar enmarcado en el displacer del principio de placer
o por el contrario cobrar matices de tortura psíquica
infligida desde un Superyo tanático.
- Quizá ciertos creadores excepcionales lo sean
por su talento pero también por su búsqueda
desesperada de llevar este talento al límite
de lo posible, en un intento de ligar vía acto
creativo e impulsados por una exigencia promovida desde
un Ideal insaciable.
Así, en estructuras muy perturbadas el acto creador
podría estar al servicio de una lucha permanente
por lograr mantener un equilibrio, que falla cuando
se vuelve compulsivo y el proceso sublimatorio termina
al servicio de aquello que quiere refrenar, en una lucha
que en dos tiempos frena y acelera un camino de destrucción.
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