Melanie Klein nació en Viena en 1882, la menor de 4 hermanos. De acuerdo con su principal biógrafa, (Phillis Grosskurt), en su familia eran muy importantes los logros académicos y los intereses culturales, y Melanie era una persona sumamente ambiciosa.
Se casó con Arthur Klein, a los 21 años y tuvo a su primera hija, Melitta, 10 meses después. Tres años después tuvo Hans y el tercero, Erich, nació en 1914. Siempre según su biógrafa, Melanie pasó importantes períodos depresivos durante su estancia en pequeñas ciudades, en las que acompañaba a su marido. Estaba muy apegada a su madre, que murió en 1914 y su muerte implicó para ella un impacto muy importante. Para esa época, viviendo en Budapest, conoció a Sandor Ferenczi, cuyo hermano trabajaba en la misma oficina que el marido de Melanie, y él fue su primer analista. Poco después, presentó en la Sociedad Psicoanalítica de Budapest un informe sobre el desarrollo de su hijo Hans, y fue firmemente alentada por Ferenczi para continuar con su acercamiento al psicoanálisis, ya que la consideraba especialmente dotada para ello.
En 1921 se trasladó a Berlin, donde tuvo la oportunidad de analizar a 16 niños y desarrolló su técnica del juego, y en 1924 comenzó su análisis con Karl Abraham, análisis que terminó tristemente por la muerte de éste en 1925. En 1924, conoció en Berlin a Alix Strachey, quien escribió cartas entusiastas a su marido James, que condujeron a que fuera invitada a dar conferencias en Londres. Sus presentaciones sobre análisis de niños despertaron un gran interés en la Sociedad Británica y finalmente condujeron a Ernest Jones a invitarla a instalarse en forma permanente en Inglaterra, cosa que ocurrió en 1926.
Su producción durante el período que va de 1919 a 1934, se centró en el desarrollo de las teorías freudianas acerca del Complejo de Edipo y la sexualidad infantil. Consideró a sus descubrimientos como una confirmación empírica, a partir del análisis de niños, del valor de las hipótesis que Freud había formulado en base fundamentalmente a la reconstrucción. Sus hallazgos la llevaron a antedatar la aparición del Complejo de Edipo y a prestar especial atención a la génesis y naturaleza del superyó en las diversas patologías. Textos fundamentales de esta época son: Estadios tempranos del Complejo de Edipo (1928), La Personificación en el Juego de los Niños (1929) y La Importancia de la Formación de Símbolos en el desarrollo del Yo (1930), en que se ocupa del caso Dick.
En abril de 1934, sufre una terrible pérdida por la muerte de su hijo Hans, en un accidente de montaña en Austria. Sin dudas esta desgracia, conjugada con el camino al que la fue llevando su trabajo previo tuvo fundamental importancia en el giro en sus investigaciones que culminó con su texto : Una contribución a la Psicogénesis de los Estados Maníaco – depresivos (1935).
Entre este año 1935 y 1946 podemos situar (como un modo de esquematizar), el segundo período de su producción, en el que la tarea se centra en la relación del Self con los Objetos Internos y describe la Posición Depresiva. De 1940 es el otro texto fundamental de este período: El Duelo y su Relación con los Estados Maníaco- depresivos.
Desde 1946 hasta su muerte en 1960 cobran fundamental importancia los procesos de escición e integración, así como la envidia y la gratitud. Notas sobre algunos mecanismos esquizoides (1946) es el texto en el que introduce el concepto de Identificación proyectiva, que ha sido una fuente de investigación constante hasta la actualidad, tanto para sus continuadores como para psicoanalistas de otras corrientes. Envidia y Gratitud (1957) es un texto que ha despertado grandes controversias, pero que ha sido retrabajado fructíferamente en los últimos años.
Entre sus continuadores más originales, que se han destacado por sus ideas novedosas a partir de la Obra de M. Klein se encuentran Herbert Rosenfeld, Wilfred Bion, Donald Meltzer y Betty Joseph.
También cabe agregar que la autora tuvo gran influencia sobre D. Winnicot, cuya extraordinaria y original obra puede considerarse en parte una continuación y en parte una reacción contra los aspectos de la obra de Klein que él consideró inadecuados teórica y clínicamente.
Tiene mucha importancia rescatar la riqueza de su obra, a pesar de que ésta se ocupa de problemas teórico-clínicos de su época, que no son los mismos con los que nos encontramos actualmente. Sus ideas siguen siendo de la mayor utilidad aunque su peculiar técnica ya casi no sea utilizada en la actualidad.
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