Luca Signorelli, The End of the world. Apocalypse. Detail. 1499-1502. Fresco, Chapel of San Brizio, Duomo di Orvieto
Luca Signorelli, The End of the world. Apocalypse. Detail. 1499-1502. Fresco,
Chapel of San Brizio, Duomo di Orvieto.
Imagen obtenida de: http://www.abcgallery.com/S/signorelli/signorelli28.html
Biografema Pessoa
Por Héctor J. Freire
hectorfreire@elpsicoanalitico.com.ar

¿Se puede realizar la biografía de un autor a través de los textos de sus propios libros? El creador de esta posibilidad fue Roland Barthes, el término usado, el neologismo biografema: una serie de destellos de sentido que conforman algo así como “una historia pulverizada” de un narrador, de un pintor, de un poeta.

Si la biografía es la diseminación del sentido de una vida, la bibliografía la preponderancia de las obras, de la ficción. El biografema, el privilegio real sobre la escritura y la letra del autor. Unas líneas de prosa, un verso, un fragmento de texto, declaraciones aisladas, gestos, unidades mínimas que pueden dar un indicio, una señal de la visión estética, de la concepción de vida de un creador. Articuladas en forma de collage, producto de la selección descentrada de un lector desinteresado y amistoso.
 
Maurice Blanchot escribió: “que un texto, incluso cuando es fragmentario, tiene siempre un centro que lo atrae: centro que no está fijo, sino que se mueve por la presión del texto y por las circunstancias de su composición. Centro fijo también, que se mueve, si es un verdadero centro, permaneciendo como es y siendo cada vez más central, más recóndito, más incierto e imperioso”.

 

PESSOA

¡Qué sé yo lo que seré, yo, que no sé lo que soy!
¿Ser lo que pienso? ¡Pienso ser tanta cosa!
Y tantos hay que piensan ser la misma cosa que no
Podrán serlo tantos.

El mundo es de quien nace para conquistarlo
Y no del que sueña que puede conquistarlo, aunque tenga razón.
He soñado más que cuanto Napoleón hizo,
He estrechado contra el pecho hipotético más
Humanidades que Cristo
He hecho en secreto filosofías no escritas aún por ningún Kant.
Mas soy, y tal vez seré siempre, el de la buhardilla,
Aunque no viva en ella;
Seré siempre el que no nació para eso
Seré siempre tan sólo el que tenía cualidades;
Seré siempre el que esperó que le abriesen la puerta
Junto a una pared sin puerta.

Mira que las religiones todas no enseñan más que
La confitería.

Hice de mí lo que no supe
Y lo que pude hacer de mí no lo hice.
Vestí un dominó equivocado.
Me conocieron enseguida como quien no era, y no
Lo desmentí, y me perdí
Cuando me quise quitar la máscara
La tenía pegada a la cara.
Cuando me la quité y me ví al espejo
Ya había envejecido.
Borracho, no sabía ya vestir el dominó que no me
Había quitado.
Arrojé la máscara y dormí en el guardarropa
Como un perro al que tolera la gerencia
Por ser inofensivo.

Y voy a escribir esta historia para probar que soy
Sublime.

                        *

Tenemos, todos los que vivimos,
Una vida que es vivida
Y otra vida que es pensada,
Y la única vida que tenemos
Es ésa que está dividida
Entre la verdadera y la errada.

                         *

La Decadencia es la pérdida total de la inconsciencia; porque la inconsciencia es el fundamento de la vida. El corazón, si pudiese pensar, se pararía.

                          *

Mi corazón es un ánfora que cae, y que al caer se parte…
Tu silencio lo recoge y lo guarda, roto, a un canto…
Mi idearte es cadáver que el mar trae a la playa…, y entre tanto
Tú eres el lienzo irreal donde en color hago errar mi arte…
                   
                           *

Agarré mi corazón
Y lo puse en la mano.

Miré como quien mira
Granos de arena u hojas.

Miré, pávido y absorto
Por saberlo ya muerto;
El alma conmovida tan sólo
Por ser sueño, y poco, la vida.

                          *

A veces, en días de luz perfecta y exacta,
Cuando las cosas tienen toda la realidad que pueden tener,
Me pregunto sin prisas
Porque tan siquiera atribuyo
Belleza a las cosas.
Una flor, ¿tiene acaso belleza?
¿Es bello, acaso, un fruto?
No: tienen forma y color
Y existencia tan sólo.
Belleza es el nombre de una cosa que no existe
Y que doy a las cosas a cambio del agrado que me dan.
No significa nada.
Entonces, ¿por qué digo de las cosas que son bellas?

Sí, incluso hasta a mí, que vivo solamente de vivir,
Vienen invisibles a encontrarme las mentiras del hombre
Ante las cosas,
Ante las cosas que simplemente existen.

¡Qué difícil es ser uno mismo y no ver sino cuanto es visible!

                          *

Vivir es pertenecer a otro. Morir es pertenecer a otro. Vivir y morir son la misma cosa. Más vivir es pertenecer a otro de fuera y morir es pertenecer a otro de dentro. Una y otra cosa se asemejan, pero la vida es el lado de fuera de la muerte. Por eso la vida es la vida y la muerte es la muerte, pues el lado de fuera siempre es más verdadero que el lado de dentro; tanto es así que el lado de fuera es el que se ve.

                           *

Las cosas más sencillas, más verdaderamente sencillas, que nada puede convertir en semi-sencillas, me las torna complicadas el vivirlas. Dar a  alguien los buenos días me intimida a veces. Se me seca la voz, como si hubiese una audacia extraña en decir esas palabras en voz alta.
Es una especie de pudor de existir. ¡No tiene otro nombre!

                          *

Atraviesa este paisaje mi sueño de un puerto infinito
Y el color de las flores es transparencia de las velas
De grandes navíos
Que zarpan del muelle arrastrando por las aguas
Cual sombra
Los bultos al sol de esos árboles antiguos…

El puerto que sueño es sombrío y es pálido
Y el paisaje está lleno de sol a este lado…

No sé quién me sueño…

                          *

Mis amigos son todos así: mitad locura, otra mitad santidad. No los escojo por la piel sino por la pupila, que ha de tener un brillo cuestionador y una tonalidad inquietante. Escojo a mis amigos por la cara lavada y el alma expuesta. No quiero sólo el hombro o el regazo, quiero también su mayor alegría. El amigo que no sabe reír conmigo, no sabe sufrir conmigo…
No quiero amigos adultos, ni vulgares. Los quiero mitad infancia y mitad vejez. Niños, para que no se olviden del valor del viento en el rostro, y ancianos para que nunca tengan prisa.
Tengo amigos para saber mejor quién soy yo, pues viéndolos locos y santos, bromistas y serios, niños y ancianos, nunca me olvidaré de que la normalidad es una ilusión imbécil y estéril.

                          *
                                             
Abel, 25 de septiembre de 1929

Excma. Señora D.ª Ophelia Queiroz

Un abyecto y miserable individuo llamado Fernando Pessoa, mi personal y querido amigo, me encargó comunicar a V.E. –considerando que el estado mental de él le impide comunicar cualquier cosa, incluso a un guisante seco (ejemplo de obediencia y disciplina)- que a V.E. le está prohibido: 

                          1- pesar menos gramos
                          2- comer poco
                          3- no dormir nada
                          4- tener fiebre
                          5- pensar en el susodicho individuo

Por mi parte, como íntimo y sincero amigo que soy del maleante de cuya comunicación (con sacrificio) me encargo, aconsejo a V.E. tomar la imagen mental que quizá se haya formado del individuo cuya cita está estropeando esta papel razonablemente blanco, y echar esa imagen mental por el desagüe del fregadero, por ser materialmente imposible dar tal justo destino a esa entidad fingidamente humana, a quien, por cierto le competería si hubiese justicia en el mundo.
Saluda a V.E.
                                   
                         
Álvaro de Campos
Ingeniero naval

                        *

Todas las cartas de amor son
Ridículas.
No serían cartas de amor si no fuesen
Ridículas.

También en mi tiempo escribí cartas de amor,
Como las demás,
Ridículas.

Las cartas de amor, si hay amor,
Tienen que ser
Ridículas.

Pero, al final,
Sólo las criaturas que nunca escribieron
Cartas de amor
Son las que son
Ridículas.

                         *

Si cuando esté muerto queréis escribir mi biografía,
Nada hay más simple.
Son sólo dos fechas: la de mi nacimiento y la de mi muerte.
Entre una y otra, todos los días son míos.

                         *

El trigo en la ceniza del poniente….Un frío carnal
Recorre mi alma….


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