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De Yago Franco, Héctor Freire y Miguel Loreti (coordinadores)

Por el Grupo MAGMA
 
 
 
¿Por qué tanto odio? Elizabeth Roudinesco
¿Por qué tanto odio?
De Élisabeth Roudinesco
Libros del Zorzal, 126 páginas
Por María Cipriano
 

La pensadora e historiadora de la psiquiatría y del psicoanálisis, Élisabeth Roudinesco, plantea en “¿Por qué tanto odio?” un meticuloso debate y una exquisita respuesta intelectual al embate que Michel Onfray realiza contra Freud en su libro “El crepúsculo de un ídolo. La fabulación freudiana”.

La autora intenta desmontar planteos que Onfray realiza y que ella define como falaces, basados en errores, con tergiversaciones no inocentes, al servicio de su ideología antifreudiana. Esta no es una afirmación gratuita y exagerada; Onfray describe a un Freud que, entre otras características, es reaccionario, misógino, homofóbico, incestuoso, corruptor de menores, admirador de Hitler y de Mussolini y alguien “amoral” que ha tenido un hijo con su cuñada en 1923 (¡cuando ella tenía 58 años!). Roudinesco lo acusa de tomar mitos sobre Freud como verdades incontrastables y de crear con ellos una impostura; lo describe como alguien que “proyecta sobre el objeto odiado sus propias obsesiones –los judíos, el sexo perverso, los complots- al punto de hacer de Freud un doble invertido en sí mismo, y del psicoanálisis la expresión de una autobiografía de su fundador transformado en fabulador. Frente a este alter ego enviado al infierno, el autor se ve a sí mismo como un libertador que ha venido a liberar al pueblo francés de su creencia en un ídolo del que anuncia su crepúsculo” (pág. 19).

La autora entiende a “El Crepúsculo…” como un libro-síntoma de Onfray, en el que las falacias, rumores y obsesiones tomaron el lugar del pensamiento y la argumentación metódica; paradójicamente, trabajo específico de un filósofo.

Pero el principal objetivo de esta publicación es intentar entender por qué la obra freudiana continúa despertando semejantes pasiones. En esta tarea también colaboran “otras voces”: Guillaume Mazeau, Christian Godin, Franck Lelièvre, Pierre Delion y Roland Gori.

Desde sus inicios, el psicoanálisis despertó fuertes oposiciones y resistencias, ya sea por su teoría sobre la sexualidad, por el descubrimiento y desarrollos sobre el lugar y funcionamiento del Inconsciente en el sujeto, por su concepción sobre las pulsiones de muerte, etc. Roudinesco intenta dar cuenta de las complejidades del pensamiento freudiano, poseedor de contradicciones internas, pero generador también de sus propios recursos metódicos a fin de sostener una de las teorizaciones más revolucionarias que produjo la humanidad para explicar y transformar los fenómenos psíquicos. Onfray no solo no discute la actitud epistemológica de Freud, sino que tampoco discute el modelo, lo verdaderamente revolucionario; modelos metapsicológicos en revisión permanente, con teorías que Freud nunca considera completas y que se ofrecen permanentemente a su falsación en la clínica. Es en este terreno donde debe dirimirse la batalla: entre el método, los conceptos explicativos de la conducta humana, la teorización sobre el funcionamiento psíquico y la constatación constante en el campo clínico.

En plena época de las ciencias al servició de la mercadotecnia, en pos del consumo, Onfray no discute la eficacia del método freudiano, discute al productor de este discurso. Y esto es lo que Elisabeth Roudinesco intenta desenmascarar eficazmente en este libro.




 
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