A lo largo
de las últimas décadas, las mujeres han
ido ganando terreno en el ámbito público,
aunque su visibilidad en los medios de comunicación
no ha ido a la par. De acuerdo a los resultados del
último informe del Proyecto de Monitoreo Global
de Medios [1],
las mujeres están subrepresentadas en la cobertura
de las noticias y su voz no tiene una presencia decisiva
en el contenido de los medios noticiosos en comparación
con la masculina. ¿Cuáles son las implicancias
de esta situación que a primera vista podría
parecer inofensiva?
En primer lugar, hay que tener en cuenta que los medios
establecen mediante sus contenidos qué y quién
es importante, qué se debe pensar y cómo
debe pensarse. Sin embargo, esta situación se
enmascara detrás de una pretendida objetividad
y neutralidad que presenta a la información periodística
como una verdad que se enuncia desde “ningún
lugar”. Según Nidya Pesántez-Calle,
la fuerza de los medios radica en dos aspectos que son
las dos caras de una misma moneda: por un lado, la capacidad
para plantear sus verdades como verdades absolutas y
por el otro, la incapacidad de las audiencias para cuestionar
un mensaje mediático. Esto último se debe
a que los medios de comunicación se han convertido
para mucha gente en la única fuente de conocimiento
e información sobre la realidad, lo que dificulta
la generación de un pensamiento crítico
sobre aquello que presentan como “la verdad”
[2].
Por consiguiente, si las mujeres y sus problemáticas
no están representadas en las noticias, entonces
la realidad que exponen lejos de ser “la verdad”,
no es más que la construcción desde un
punto de vista particular (el masculino) que se presenta
como universal e inclusivo, pero que excluye, invisibiliza
y silencia no sólo al género femenino
sino también a otras subalternidades.
Las mujeres en los medios como sujetos de las noticias
Según el informe mencionado, las mujeres son
sujetos de la información en el 24% de los casos,
mientras que el 76% de las personas sobre las que se
lee en las noticias de la prensa escrita o se escucha
en la radio y la televisión son hombres. Asimismo,
es notoriamente escaso el porcentaje de notas que se
centran específicamente en mujeres: tan sólo
el 13%. Las mujeres aparecen mayoritariamente en noticias
sobre ciencia/salud (32%) y sobre social/jurídico,
temáticas que cuentan con baja prioridad en la
agenda noticiosa y por ende, se les concede menor atención.
Con respecto a la ocupación de lo/as sujetos
de las noticias, los hombres son identificados, representados
y presentados en su mayoría como educadores (69%),
profesionales de la salud (69%), profesionales en el
área de abogacía (83%) y científicos
(90%), mientras que las mujeres lo son como personas
que se ocupan de la casa (72%) y estudiantes (54%),
lo que está indicando su invisibilización
como participantes activas en el trabajo fuera de casa.
Asimismo, son entrevistadas en el 44% de los casos para
brindar opinión popular o información
testimonial, mientras que los hombres son entrevistados
como expertos en el 80% de los casos.
Es importante mencionar que los medios tienen un rol
importante en la construcción/reproducción
de imaginarios sociales, esto es, de las representaciones
que funcionan en una sociedad, a través de las
cuales ésta elabora su propia identidad, marca
la distribución de lugares y roles sociales,
expresa e impone ciertas creencias, etc. [3].
De este modo, los medios de comunicación tienen
particular incidencia en la reproducción de los
estereotipos tradicionales de género, y en los
valores y prejuicios asociados a los mismos [4].
De hecho, el 46% de las notas analizadas refuerzan los
estereotipos dominantes masculino y femenino, contra
el tímido 6% de las historias que los cuestionan
e introducen temáticas sobre igualdad/desigualdad
de género. Entre las noticias que refuerzan estos
estereotipos, se encuentran las notas sobre crímenes
(50%) seguidas muy de cerca por las de celebridades
y política. Por su parte, las notas sobre temáticas
sociales y jurídicas son aquellas que con mayor
frecuencia cuestionan los estereotipos dominantes. Un
dato interesante a tener en cuenta es que las noticias
sobre crímenes y política ocupan un espacio
significativo en la agenda noticiosa en comparación
con los temas sociales y jurídicos que cuentan
con baja prioridad, de manera que tiene mayor incidencia
el refuerzo que el cuestionamiento de estos estereotipos.
El refuerzo de los estereotipos dominantes de género
por parte de los medios periodísticos no sólo
se efectúa a través del discurso sino
también de las imágenes. Las mujeres son
fotografiadas más que los hombres (26% contra
17%), mostrándose en su mayoría sus cuerpos
en varios estados de desnudez. De los varones generalmente
se muestran sus rostros o sus cuerpos, aunque totalmente
vestidos. Asimismo, las mujeres aparecen con frecuencia
graficadas como pasivas, domesticadas, víctimas
o subordinadas de los hombres. Si bien es válido
aclarar que también hay imágenes que cuestionan
estos estereotipos, éstas constituyen una apabullante
minoría.
Con respecto a las noticias sobre violencia contra las
mujeres, el informe del Observatorio Regional de Medios
[5]
indica que el 50% de ellas se encuentran publicadas
en la sección policial de los medios gráficos,
mientras que menos del 1% de las mismas se ubican en
las secciones de opinión/editorial. Estas cifras
están indicando que esta problemática
social es tratada como un mero delito, sin abordar el
análisis de sus causas y consecuencias sociales,
y sin evaluar la existencia o ausencia de políticas
públicas para combatirla. Asimismo, el informe
indica que en las noticias que se abordan casos de niñas
abusadas, éstas son presentadas como víctimas
indefensas, mientras que al tratarse de adolescentes,
éstas aparecen en cierto modo como cómplices
del abuso, como en el caso de General Villegas. En el
tratamiento que los medios hicieron de este caso en
particular, lejos de presentarse a los culpables como
agresores, se los mostraba como adultos que simplemente
tuvieron relaciones con una menor y filmaron un video
sexual. En cuanto a la adolescente, se cuestionaba su
indefensión y carácter de víctima,
aduciendo argumentos tales como “precocidad sexual”
y mencionando que ya había protagonizado hechos
similares.
En base a los datos obtenidos, el informe del Observatorio
concluye que la violencia contra las mujeres raramente
es encarada por los medios con un enfoque de derechos
humanos, y que esto podría deberse a que “'las
distintas instituciones del Estado no han logrado instalar
el tema de la violencia contra las mujeres como la violación
de derechos, y los medios de comunicación no
han tomado el tema con toda la responsabilidad necesaria
que requiere un abordaje más amplio que la sola
presentación del hecho noticioso” [6].
Reflexiones finales
Los medios periodísticos lejos de dar una imagen
justa y no estereotipada de hombres y mujeres, alimentan,
reproducen y refuerzan los estereotipos dominantes,
y con ello contribuyen a perpetuar los patrones de desigualdad
entre los géneros.
La subrepresentación femenina en los medios y
la prevalencia de la información estereotipada
atenta contra el derecho a la información de
las mujeres, esto es, a tener acceso a información
pertinente y fidedigna que permita dar razón
de sí mismas, como así también
quebranta fundamentalmente el derecho a la comunicación,
que va más allá de la producción
de información, ya que implica el derecho a expresarse
en igualdad de condiciones y oportunidades, y a establecer
relaciones basadas en el diálogo y el respeto
por la pluralidad y diversidad de puntos de vista.
Si bien hay que reconocer que hubo avances en los últimos
años en materia de visibilidad femenina en las
noticias y participación en los medios -habiendo
incluso casos de periodismo con conciencia de género-
los resultados de los informes mencionados indican que
aún queda mucho camino por recorrer, siendo absolutamente
necesaria la promoción de la equidad de género
no sólo a nivel de los contenidos en los medios
de comunicación, sino también a nivel
de las prácticas periodísticas y la estructura
laboral.
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Notas y fuentes consultadas |
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[1]
¿Quién figura en las noticias?, Informe
GMMP 2010 (Proyecto de Monitoreo Global de Medios).
Este informe se realiza en el 55% de los países
del mundo desde 1995, cada 5 años y se analizan
medios de radio, televisión y diarios. Evalúa
la representación de las mujeres en los medios
y como ha ido cambiando a lo largo de los años.
En Argentina se monitorearon los diarios nacionales
Página/12, Crítica, La Nación,
Crónica, Clarín, además de
La Capital de Rosario y diario Río Negro.
En tv, los canales 9, 11, 13 y 7. En radio: Nacional,
10, Continental y Mitre. http://www.whomakesthenews.org/images/stories/website/gmmp_reports/2010/global/gmmp_global_report_es.pdf
[2] “Comentario especial
de Nidya Pesántez C” en ¿Quién
figura en las noticias?, Informe GMMP 2010
(Proyecto de Monitoreo Global de Medios), capítulo
4, p.40.
[3] Ford, Aníbal (1999),
La marca de la bestia. Identificación,
desigualdades e infoentretenimiento de la sociedad
contemporánea, Editorial Norma, p.64.
[4] Los estereotipos tradicionales
de género suponen características,
cualidades, capacidades y pautas de comportamiento
social que se les asigna culturalmente y de manera
jerárquica y desigual a varones y mujeres.
En base a estos estereotipos se construyen las expectativas
y roles adecuados para cada uno, dando lugar a una
situación de subordinación y opresión
de las mujeres.
[5] Informe Las
mujeres en los medios, realizado por el Equipo
Latinoamericano de Justicia y Género (ELA)
a través del Observatorio Regional de Medios.
Este informe supone el análisis de las noticias
de violencia contra las mujeres publicadas e medios
gráficos en Argentina durante el primer semestre
de 2010. Se analizaron noticias provenientes de
15 publicaciones: 7 de alcance nacional: BAE, Clarín,
Crítica de la Argentina, Crónica,
La Nación, Página 12 y Perfil a nivel
nacional, junto a ocho medios locales de sendas
provincias.
Disponible en http://www.observatorioregionaldemedios.org/Doc/Observatorio-de-Medios-Informe-semestral-Argentina-2010.pdf
[6] Informe Las
mujeres en los medios, pág. 15.
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