Piera
Aulagnier, cuyo apellido de soltera era Spairani,
pasó los primeros años de su vida en
Egipto con sus padres. Su joven madre dio a luz a
Piera cuando tenía apenas 16 años.
Piera estudió Medicina en Italia antes de partir
a Francia a principios de los 50 para completar su
formación. Se casó con un francés
llamado Aulagnier con quien tuvo un hijo y de quien
se separó más tarde.
En París , conoció a Jacques Lacan y
comenzó con él un análisis en
1955 , que terminó en 1961. A continuación
él la presentó a la Sociedad Francesa
de Psicoanálisis (SFP), creada en 1953 tras
la ruptura con la Sociedad Psicoanalítica de
París (SPP), una organización no reconocida
por la IPA ( Asociación Psicoanalítica
Internacional ).
Siguió a Lacan en la segunda división
de la historia del psicoanálisis en Francia
en 1963-64 y fue rápidamente promovida Analista
de la Escuela (el título más alto) en
la EFP ( Escuela Freudiana de París ) por Lacan.
Sin embargo, cuando Lacan propuso en 1967 el procedimiento
del pase que autoriza al analista en su práctica,
Piera Aulagnier se opuso firmemente porque creyó
que sólo serviría para aumentar la hegemonía
de Lacan, ya fuerte en esta escuela. De hecho, ella
sostuvo que todo el proceso era manejado por Lacan,
y que el jurado sólo podía estar de
acuerdo con la opinión de éste sobre
el candidato. Recordemos que en el proceso del pase,
los pasadores necesitan escuchar al candidato (el
‘pasante’) referirse a su análisis
personal. A continuación, y luego de recibir
el relato que el pasador hace de lo que ha escuchado,
un jurado determina si el pase se ha hecho y decide,
entonces, si nombra al pasante como AE (analista de
la escuela).
Cuando Lacan quiso legalizar el procedimiento en la
Escuela, en enero de 1969, Piera Aulagnier renunció
junto con sus colegas François Perrier y Jean-Paul
Valabrega. Los tres crearon el Cuarto Grupo, cuarto
después de la Sociedad Francesa de Psicoanálisis,
la Sociedad Psicoanalítica de París
y la Escuela Freudiana de París. Después
de haberse separado de Lacan, propusieron un nuevo
procedimiento para ser designados psicoanalistas.
El mismo año, 1969, Piera Aulagnier fundó
la revista Topique - que ahora es una de las principales
revistas de psicoanálisis de la lengua francesa
- y la dirigió hasta su muerte. El año
anterior, en 1968, se casó con Cornelius Castoriadis,
filósofo, economista y psicoanalista, griego
de origen, quien también participó en
la fundación del Cuarto Grupo.
Aportes teóricos de
Piera Aulagnier
El trabajo teórico de Piera Aulagnier es muy
complejo porque se basa tanto en la obra de Freud,
que probablemente conocía a la perfección,
como en el estilo de pensamiento, incluso el estilo
de escritura, de Jacques Lacan . Para describir la
psicosis - sobre la que tiene una gran experiencia
clínica - Piera Aulagnier recrea su propia
metapsicología : la instancia organizadora
que decide sobre la estructura del sujeto deviene
el "Yo" (Je). El Yo se entiende en la primera
aproximación, como el proceso identificatorio
del sujeto a través de varios pasos complejos.
(Hasta aquí hemos
tomado lo que señala el artículo sobre
Piera Aulagnier en la Wikipedia, en su versión
en lengua francesa).
Más allá de lo aportado por el artículo
de la Wikipedia, debemos destacar que para Piera Aulagnier
el sujeto es sombra hablada por el Otro, quien lo
instituye en un momento de alienación necesaria
del cual debe salir. Dicha salida coincide con los
movimientos del complejo de Edipo y la castración.
De proseguir el Otro en su actitud de saber absoluto
sobre el sujeto, sin darle posibilidad de que su Yo
advenga, se produce el estado de violencia secundaria:
un ataque al yo que permanecerá alienado en
las redes del discurso de ese Otro. Deponer su estado
narcisista en pos de ocupar un lugar en la cultura,
es lo denominado como contrato narcisista.
Para finalizar, una cita referida al Yo y al sujeto,
que contempla las ideas de Piera Aulagnier, ligadas
en algunos casos a las de Cornelius Castoriadis; de
hecho, La violencia de
la interpretación está firmada como
Piera Castoriadis-Aulagnier (fragmento del capítulo
El alma nunca piensa sin fantasmas, de Magma.
Cornelius Castoriadis: psicoanálisis, filosofía,
política. De Yago Franco, pág. 168)
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Una vez atravesado el complejo edípico, se
trata de un yo con capacidad instituyente de identificaciones,
pensamiento, historización. No solamente es
el yo como lugar del desconocimiento, de las identificaciones
especulares, sino que es justamente el lugar de la
tópica donde el conocimiento podrá tener
lugar. El yo es el saber
del Yo sobre el yo. [P.A.]
No es solamente una instancia instituida por su identificación
con los enunciados identificatorios del otro y sus
subrogados, sino que tiene capacidad instituyente,
a partir de poder trabajar sobre los productos de
la imaginación radical, de poder tomar contacto
con el ello; ser donde
el ello es, pero también dejar de ser yo para
que ello halle expresión y nutra de deseo y
pulsión a ese yo que trabajará sobre
esos contenidos produciendo ideales del yo, es decir,
proyecto identificatorio que implica sublimación
pulsional y combate contra tánatos. Sin
olvidar que debe negociar con el superyó, a
veces obligándolo a modificarse, corriendo
siempre el riesgo de ser aplastado por lo mortífero
de éste.
El Yo (Je) del
que hablamos es, además y sobre todo, un aprendíz
de historiador [P.A.], que tomará a su cargo
no sólo una puesta en historia que no sea imaginarización,
novela, sino que es un intérprete de su historia
pasada y futura y de la realidad, un intérprete
a la búsqueda de sentidos [P.A.], un
artesano del proyecto identificatorio [P.A.] para
el sujeto.
Este es un yo que
se niega a ser sombra hablada por el otro
y sus subrogados, como fue necesario que lo fuera
en sus origenes, pudiendo retomar por sí mismo
su historia, dándole un sentido que no sea
un simple eco del recibido, apropiándose así
de la misma. Es, entonces, un yo
productor de enunciaciones, de institución
de significaciones que lo representan ante sí
y ante los otros. Este es el yo
que firmará el contrato narcisista [P.A.] con
la cultura.
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