La
Afirmación:
La omnipresencia de la tecnología en la vida
actual tiene un alcance tal que juega un papel muy importante
y totalmente novedoso en el proceso de construcción
del psiquismo infantil [1].
Las premisas
El punto de partida base para el desarrollo de este
trabajo es un cruce disciplinar basado en dos premisas
centrales:
1. Desde la Sociología, el lugar preponderante
que en el último tiempo han alcanzado las nuevas
tecnologías en la cotidianeidad de nuestras vidas;
lo que en términos de algunos se define como
“sonambulismo tecnológico”. Es el
campo de los denominados estudios CTS [2].
2. Desde el Psicoanálisis: el hecho de entender,
a partir de ciertas formulaciones que propone la teoría
psicoanalítica, que el aparato psíquico
se construye. Y que esa construcción y/o fundación
se produce desde un afuera, vale decir de manera exógena
al mismo.
La Introducción
Es aún escaso y muy general el trabajo de investigación
realizado en el cruce de lo que ofrecen desde el interior
de la sociología los estudios CTS y su amplio
campo de ingerencia -desde la perspectiva socio / tecnológica-,
y los aportes -que fundamentalmente desde el psicoanálisis-,
se tienen acerca del lugar que ocupan las nuevas tecnologías
en la constitución del psiquismo infantil.
Existe una imperiosa necesidad de análisis e
interpretación de las posibles relaciones existentes
entre estas premisas recientemente enunciadas. Esto
arrojaría desde nuevas lecturas posibles -a la
luz de fenómenos actualmente vigentes producidos
en relación a las denominadas "nuevas tecnologías"
y sus posibles determinaciones en la construcción
de subjetividad de los niños- hasta, de manera
más específica, nuevas herramientas para
ampliar el conocimiento del complejo proceso que supone
la fundación y constitución de su psiquismo.
De forma permanente nos encontramos –en sentido
amplio- con trabajos que sostienen tomas de posiciones
parciales referidas a las diversas problemáticas
que se generan a partir de las mismas; y que en su mayoría
- salvo algunas excepciones- apelan a explicaciones
reduccionistas para abordar la problemática.
Muy a grandes rasgos, estas posiciones se podrían
dividir entre:
• "los que están
a favor" y,
• "los que están
en contra" del acceso temprano por parte
de los niños a las nuevas tecnologías.
Nos habituamos a leer y escuchar de manera muy corriente,
acusaciones sobre los efectos nocivos y "altamente
perjudiciales" que las computadoras, Internet,
el acceso a las redes sociales, y demás tipos
de videojuegos tienen sobre los niños. Formación
de adicciones, aislamiento social, contactos precoces
con la pornografía, generación e instauración
de un desinterés generalizado, bajo rendimiento
escolar, etc., etc.; son algunas de dichas críticas.
La mayoría de ellas surgen y se fundamentan,
como recientemente se mencionaba, en recortes parcializados
de un fenómeno que es por definición extremadamente
complejo.
Al ser hechos (ya no) tan nuevos y contemporáneos,
existe aún poca reflexión crítica
sobre los mismos. Tal vez la dificultad de no tener
una distancia temporal "suficiente" para abordar
la complejidad del tema se convierta en un obstáculo
epistemológico para la aprehensión del
fenómeno.
A grosso modo se pueden enumerar, desde una perspectiva
descriptiva, algunos de los puntos en cuestión
que son de capital importancia y con los cuales existen,
aún hoy, deudas en el terreno de la investigación
rigurosa.
Ese sería el caso de lo que, siguiendo a algunos
teóricos y estudiosos del tema, podríamos
denominar como "Nuevas Ciberpatologías":
• La construcción
progresiva de un individualismo totalitario,
• Vida a control
remoto,
• Inercia
domiciliaria, con los costos de un
• Alto aislamiento
comportamental. Tal la determinación producida
por el régimen de
• "Ley
de la menor acción", -ley que rige el funcionamiento
y el progreso de las nuevas tecnologías-.
• Una especie
de sedentarismo terminal.
Siguiendo a Virilio se podría plantear que hay
una “sobreexposición de lo visible”,
una “explotación intensiva de la mirada”;
que produce a su vez una especie de paradójica
ceguera.
Se da entonces, producto de algunos de estos cambios
comportamentales (unos graduales, otros más violentos),
un cambio en la “constitución” y
en la construcción de los mecanismos de pensamiento
de los nuevos ciudadanos –niños- de estas
ciudades o metaciudades. Niños que estarán,
muchos de ellos, más determinados por su inclusión
en las redes que por sus lugares "tradicionales"
–hasta ahora- de inserción (colegio, familia,
etc.). Son ya las generaciones de los “nativos
digitales”.
Esta descripción de índole macrosocial,
que modifica entonces no sólo la situación
física -desde los espacios en donde esta(ba)mos
acostumbrados a movernos y desenvolvernos, sino también
los que hasta ahora no teníamos acceso-, tiene
sin lugar a dudas, algún tipo de determinación
sobre nuestro psiquismo, ya constituido; y son constituyentes
de las nociones, tiempo y espacio en los niños
de este nuevo siglo.
De aquí la necesidad de discernir cuál
es el "árbol" y cuál el "bosque".
La práctica psicoanalítica con niños
y adolescentes, otorga de una manera privilegiada la
posibilidad de observar ciertas situaciones de corte
muy interesante en relación al lugar que en estos
últimos años vienen ocupando las nuevas
tecnologías en este tipo de población.
Desde el manejo muy precoz de los distintos artefactos
tecnológicos –comenzando por celular, el
control remoto- hasta la veloz inserción en el
mundo de Internet –contemplando los altos niveles
de decisión que de forma muy temprana los niños
comienzan a tener y empiezan a tomar, sobre todo estimulados
por estas circunstancias-.
Una problemática, como se puede intuir ya desde
un a priori, de especial importancia y de alta vigencia.
Premisa Número 1
La Sociología y los
estudios CTS:
El mundo hoy: Del sonambulismo tecnológico a
la cultura de los slogans
Resulta y es realmente muy complejo realizar un mapa
descriptivo del mundo en el cual estamos viviendo. La
disciplina que, dentro del amplio campo de la sociología
realiza un recorte de los múltiples y complejos
entrecruzamientos entre la Ciencia, La Tecnología
y la Sociedad (CTS), le da forma interpretativa.
Es digna de mención, en este punto, la premisa
que supone entender que cualquier elección en
relación a un modelo teórico implica una
toma de posición casi ideológica –entendido
en términos marxistas- por parte de quien lo
adopta. En palabras de Kuhn, “la decisión
de rechazar un paradigma es siempre, simultáneamente,
la decisión de aceptar otro”.
Algo tan claro y compartible a simple vista, nos mete
en un brete: ¿Cómo
elegir el o los paradigma(s) que más de(n) cuenta
de lo que está pasando con las “nuevas
tecnologías?” [3]
Propuestas muy interesantes de cómo es y a qué
factores responde el progreso tecnológico, hasta
ideas que circunscriben el cómo y el por qué
surgen los inventos, cuáles son los hechos que
determinan o no el triunfo de uno sobre el otro, permiten
romper la ingenuidad supuesta de la inercia o determinismo
tecnológico a favor de estrategias de poder subyacentes.
Lo que no puede ser sometido a discusión -ya
que es un hecho claramente definido y consolidado- es
que los avances tecnológicos -desde la inclusión
del estribo hasta la actual desarrollo de la Internet-
llegaron para quedarse; y van por más.
Premisa Número 2
El psicoanálisis:
La construcción del aparato
psíquico
El psicoanálisis es por definición la
ciencia del inconsciente. En ese sentido, y desde Freud
en adelante, uno de los aspectos centrales de todo su
desarrollo teórico gira en torno a una explicación
posible acerca de cómo se constituye la psiquis
humana. Desde su constitución hasta sus mecanismos
de funcionamiento, desde la formación de síntomas
hasta sus patologías más severas. Partiendo
ya de las primeras aproximaciones que su creador –
Sigmund Freud- propuso a comienzos del siglo XX como
son los textos de la denominada metapsicología
freudiana, hasta su complejización hacia finales
de su obra –“El yo y el ello”, y con
ésto la denominada “segunda tópica”-.
Mucha agua ha corrido bajo el puente desde la Viena
de 1900 hasta la Europa del Estado de bienestar y las
“plazas de los indignados”.
Una premisa que fue tomando fuerza en el progreso y
desarrollo de la teoría y práctica psicoanalítica,
es el hecho de que el aparato psíquico no viene
dado de entrada, -sí su potencialidad-. Una construcción
que obviamente no es cualquiera y que requiere de algunas
condiciones precisas para acceder a esa categorización.
A partir de este punto teórico/clínico,
en ese proceso “exógeno” de constitución
del psiquismo, son los “otros significativos”
los que marcan dicha de fundación / construcción.
Los “significantes
enigmáticos” -dados por los adultos-,
en un acto de “seducción
originaria” [4];
así como los primeros encuentros de socialización,
van balizando el derrotero en ese proceso.
La hipótesis:
Nuevas tecnologías y
aparato psíquico: ¿una relación
posible?
La afirmación con la cual comenzaba el trabajo
decía que “La
omnipresencia de la tecnología en la vida actual
tiene un alcance tal que juega un papel muy importante
y totalmente novedoso en el proceso de construcción
del psiquismo infantil”
Ahora arriesgaría a incluir una hipótesis
que, formulada de manera teórica, surge a partir
de la mayor aproximación al tema de las relaciones
existentes entre ciencia, tecnología y sociedad
en el cruce con la premisa que desde la teoría
psicoanalítica se enunció recientemente:
El lugar preponderante y omnipresente
que las nuevas tecnologías tienen y cumplen en
la vida cotidiana las hacen advenir a incluirse bajo
la categoría de “otros significativos”,
coparticipantes en el proceso de construcción
/ fundación del psiquismo infantil.
Esta hipótesis que indudablemente deberá
ser sometida, en algún momento, a una contrastación
empírica, se convierte en motor de pensamiento
para poder ir afinando y acotando el amplio espectro
de problemáticas que dispara esta temática.
Las Preguntas:
¿La categoría
de niñez no existe más?
Son muchos los interrogantes que se siguen abriendo
al esbozar cualquier intento de relacionar estas dos
disciplinas y más precisamente las dos premisas
enunciadas.
He aquí un primer listado de estas cuestiones
e interrogantes abiertos:
Si partimos de la base -como plantean muchos de los
teóricos que abordan el campo de las transformaciones
en la sociedad-, que cada nueva tecnología transforma
muchos de los aspectos de la sociedad en la que se introduce:
• ¿cuáles
serán los efectos en la constitución del
psiquismo infantil de una convivencia -desde los orígenes-
entre estos “nuevos niños” con la/s
tecnología/s?
• ¿Son,
serán nuevos niños?
• ¿O
la estructura se mantiene intacta y sólo cambian
sus relaciones objetales?
Dicho de otro modo,
• ¿Tienen
estas nuevas relaciones objetales la capacidad de construir
nuevos sujetos?
• ¿Qué
es lo que permanece y qué lo que cambia?
• La sustitución
de la mirada pasiva que imponía el modelo de
Televisión de algunas décadas atrás;
frente a la implicancia activa que impone la computadora
–o ciertos modelos para relacionarse con la misma-,
¿qué diferencias establece?
Todos interrogantes abiertos.
En ese estado de impreparación del psiquismo
infantil, en donde la prematurez evolutiva de la que
hablaba Freud, produce que el psiquismo arme y desarrolle
formas espontáneas de simbolización y
ligazón;
• ¿Qué
implicancias tienen los hechos de este nuevo/s mundo/s
–plagado de diferencias-?
Pero, para destrozar en regiones aún más
pequeñas el mapa de hipercomplejidad que tiene
esta real realidad / verosímil ficción
[5]:
• ¿Es
posible hablar de una categoría de niñez
según los clásicos patrones con los cuáles
estaba definida hasta ahora -edad, procesos evolutivos
y madurativos, etapas vitales-?
La niñez como categoría
–pensada como hasta hace poco tiempo-, queda desdibujada
en las múltiples paradojas del mundo actual.
Una crisis que de manera indudable rearma y rearmará
este mapa que deviene imprescindible definir.
• ¿Qué
pasa entonces con los procesos evolutivos?
• ¿Qué
poder ejerce la “brecha tecnológica”
a la hora de pensar a los niños?
• ¿Hasta
dónde siguen siendo válidos los estudios
que intentan sistematizar los tiempos de evolutivos
como hechos generales?
• ¿Son
situaciones sostenibles, y hasta qué punto, ya
en las primeras décadas de este siglo?
Si coincidimos con el hecho que la edad no es una realidad
biológica objetiva e inmutable, sino una construcción
socio histórica que varía según
sea el régimen demográfico de cada sociedad:
• ¿Qué
tienen en común un niño europeo o newyorkino
con un niño del interior de un país tercermundista?
• ¿Qué
implicancias puede tener para un niño en su subjetividad
ser contratado a sus 12 años de vida como hacker
por el FBI?
• ¿Y
qué de los niños guerrilleros de algunos
países árabes comandando grupos de inteligencia
y ataque?
Qué fenomenal paradoja surge cuando se cruzan
esas realidades con los adolescentes tardíos
que no terminan de crecer.
Los niños “incluidos” y los niños
“excluidos” no tendrán, de forma
alguna, las mismas posibilidades. Esto es un hecho ya
visiblemente claro.
El Final:
Síntesis, a modo de imposible conclusión:
Indudablemente son muchas las líneas de análisis
y situaciones a ser repensadas.
Es imposible hacer predicciones en relación a
los cambios. Sólo podemos aspirar a lograr algún
tipo de análisis de los datos que existen, con
el difícil y contradictorio principio.
En un mundo en donde nada es del todo realidad ni nada
es del todo ficción; en donde hay una primacía
de los actos sobre las palabras, en donde las adicciones
están ciertamente fomentadas desde muchísimos
intereses en juego, –para finalizar- la gran pregunta
que queda abierta es:
¿Qué se mantiene
y qué es lo que cambia?
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